Liberalismo en el Perú

visión del liberalismo en el Perú

Desde el siglo XIX, comenzaron a surgir las primeras corrientes liberales en el Perú.[1]​ El historiador Jorge Basadre emplea el término político «liberal» para catalogar al sistema político del país en aquella época.[2][2]

Francisco García Calderón señaló en su libro de 1907, Le Pérou contemporain, que existieron dos procesos o «ciclos doctrinarios» importantes, la primera ocurrida entre 1824 y 1842, y la segunda resurgida entre 1842 y 1868 (aunque Basadre solo dio por concluido el ciclo a finales de los años 1860).[3]​ Es en el último proceso, precisamente en la mitad del siglo XIX, que el movimiento ganó importancia en la opinión pública.[4]​ El término caló en el vocabulario principalmente por ofrecer libertades a la clase indígena.[5]​ Este último enfoque del liberalismo fue motivo de inspiración del movimiento socialista, refljeado en la visión indigenista del escritor y filósofo José Carlos Mariátegui.[6]

Durante el gobierno de Manuel Pardo, el liberalismo empezó a perder popularidad.[7]​ El sociólogo Gonzalo Portocarrero indicó que esta corriente solo tuvo relevancia en el ámbito político de la época por la postura que sus partidarios sostuvieron a favor de las libertades indígenas, propuestas que en sí eran promocionadas por la élite gobernante a través del Estado, pero que en la vida cotidiana, el conservadurismo social perduraba en la población, haciendo énfasis en el desprecio por lo indígena.[8]

Los términos «liberal» y «liberalismo» a veces son usados de forma incorrecta para referirse a la doctrina del neoliberalismo y sus seguidores, denominados neoliberales, respectivamente.[9][10][11]​ En otros casos, también se han empleado ambos términos para designar a seguidores del libertarismo, siendo un ejemplo Mario Vargas Llosa, escritor y expolítico peruano que en varias ocasiones ha sido descrito como liberal a pesar de su postura ideológica.

Historia del liberalismo

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La historia del liberalismo data desde la segunda década del siglo XIX, cuando se jugaban términos como «república» y «democracia».[12]​ Es el término «liberal» tuvo que concebirse mucho después, en especial cuando se definió como reemplazo del sucedido vocablo «jacobinismo» en la obra Sermón de acción de gracias por el aniversario de la independencia del Perú del político religioso Bartolomé Herrera.[13]​ Para el periodo reciente, la teoría fue respaldada una investigación de Víctor Samuel Rivera, impreso por el bicentenario de su natalicio. Franklin Pease García Yrigoyen sugirió que esta corriente republicana, por su origen, estuvo relacionada con el eurocentrismo.[14]

Aun así, el conservador José de la Riva-Agüero y Osma documentó conceptos de la política liberal con «jacobinismo» de sinónimo;[15]​ mientras que otras personas como el indigenista José Carlos Mariátegui adoptaron esa corriente francesa en sus obras de temática social.[16]​ De hecho, un prototipo de socialismo liberal, planteado por Mariátegui con ideas de Piero Gobetti, sería posteriormente recibido en otros países como Argentina, convencido de que «el destino de todo liberalismo auténtico es preparar el camino al socialismo».[17]

Primeros años

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El liberalismo hispano fue una de las corrientes que dio cabida a iniciativas políticas peruanas en los años 1810, cuando estaba en su fase de independencia.[18]​ El último virrey, José de la Serna, fue quien puso en marcha los principios de la constitución de 1812, una de las propuestas más afines a sus principios.[19]​ Se propuso en la constitución temas sobre la ciudadanía y las elecciones (entre cabildos y diputados), la abolición del tributo indígena, la libertad de imprenta, las reformas políticas e institucionales y las rebeliones o conspiraciones.[20]​ Sin embargo, la constitución de 1812 no duró mucho debido al golpe de Estado surgido en el país ibérico. La obra de investigación The Fall of the Royal Government in Peru de Timothy Anna sugirió que aquella corriente no tuvo suficientes adeptos a la causa de la independencia, sino que exacerbaba la confusión ideológica en la época para conllevar una polarización.[20]

«Primer ciclo doctrinario»

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El primer liberalismo del Perú republicano, llamado por Jorge Basadre como «el primer ciclo doctrinario»,[21][22]​ se desarrolló en los años de 1822 a 1834 en un intento sin éxito de progreso cívico y paz en la nación,[23]​ debido a sus limitaciones en visionar la realidad nacional.[21]​ Se inspiró en las ideas de John Locke[22]​ y se caracterizó por elaborar propuestas para fortalecer su autonomía en la lucha contra la monarquía[21]​ y el colonialismo, según el escritor Santiago Távara.[24]​ En esa década, el primer ciclo se asoció también a otras iniciativas republicanas como la separación de los poderes del Estado, el igualitarismo, la libertad negativa, la primacía de la ley y el sistema de gobierno constitucional.[25]

En ese entonces el primer Congreso Constituyente obtuvo mayor influencia liberal.[26]​ El político católico Francisco Xavier de Luna Pizarro fue uno de los promotores constitucionales en desarrollarlo.[27][28]​ Luego de suspenderse la primera constitución hecha en Perú de 1822, Francisco de Paula González Vigil colaboró en la versión de 1828 y ganó fama por oponerse al autoritario Agustín Gamarra.[29]Luis José de Orbegoso fue uno de los caudillos en defender tales ideas en su mandato con ayuda de sus promotores de Huanta,[30]​ cuyo aporte fue otra versión lanzada en 1834 con límites en la intervención militar del caudillismo. La versión de 1834 se dio a cabo por la petición explícita de realizarse un nuevo congreso constituyente en 1833 para nuevas reformas.

Dentro de los representantes ideológicos también destacó a José Faustino Sánchez Carrión, que según Luis Alberto Sánchez fue uno de los mayores pensadores republicanos durante el gobierno de Simón Bolívar.[31]​ Formaron también parte de la primera generación de liberales peruanos a Hipólito Unanue, Mariano José de Arce, José Toribio Rodríguez de Mendoza, Mariano José de Arce, Benito Laso de la Vega y Francisco Javier Mariátegui.[32][33]​ A esto se incorporan los hermanos Pedro y José Gálvez Egúsquiza, Manuel Toribio Ureta, entre otros.[34]

Además de la presencia de intelectuales, estuvieron apoyados por movimientos denominados «liberales-regalistas», procedentes de sectores laicos y sacerdotales marginales.[35]​ Tanto los regalistas como los jansenistas fueron, según Basadre, importantes en los estudios del liberalismo.[29]​ Asimismo, la escritora Flora Tristán procuró catalogar a Arequipa como ejemplo una ciudadanía bajo modelo republicano, que resultó un fracaso tras el posterior dominio de Manuel Ignacio de Vivanco.[36]

En el ámbito indígena

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En base a la idea de igualdad entre los hombres, Simón Bolívar suprimió los títulos y la nobleza indígena, eliminándose la figura del curaca.[37]​ Además, se decretó, entre los año 1824 y 1825, la liberalización de las propiedades comunales por lo que los indígenas podían vender sus tierras al ser consideradas como propiedad privada, trayendo, como consecuencia, la disolución de las comunidades de indígenas.[37][38][39]​ Esto derivó en la apropiación de las tierras indígenas por parte de los gamonales y hacendados.[39][40]

Bolívar recurrió a suprimir el sistema económico de los indígenas para afianzar su integración en la ciudadanía liberal.[41]​ La iniciativa terminó deshaciendose, en su lugar, optaron en 1826 por recurrir a un sistema de impuestos hacia el Estado.[42]

«Segundo ciclo doctrinario»

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Entre 1842 y finales de los años 1860 se formó «el segundo ciclo doctrinario», según Basadre.[43]​ En ese periodo los hermanos Gálvez Egúsquiza aplicaron varios ideales que fueron incluso radicalizados.[44]​ El año 1854 fue marcado por la historiografía como una nueva revolución liberal, en que se mostraba en oposición a las instituciones republicanas, incluida la Iglesia católica y, como respuesta, buscaron un programa político reformista para establecer el «progreso» nacional (bajo tendencia del galicanismo).[45]​ La iglesia perdió una parte de la posesión física mientras se consolidaba la propiedad privada.[46]​ En el libro Religión y Revolución en el Perú, 1824-1976 del investigador Jeffrey Klaiber señaló que se propuso «nuevas propuestas anticlericales», aunque no se han concretado por la fuerte relación entre lo clerical y la élite de la época.[47]​ Sin embargo, es el ultramontanismo que ganó terreno en el ámbito religioso décadas después,[35]​ cuya presencia eclesiástica estuvo en la memoria colectiva de los peruanos.[48]

Producto de la revolución por la crisis institucional y las ideas de Manuel Toribio Ureta, que emergió de la ocurrida en Europa en 1848, y la instalación de un prototipo de un partido político frente a la falta de este en los conservadores,[49]​ nace la constitución de 1856. La constitución tomó varias medidas como la abolición de la pena de muerte[50]​ y un sistema de voto universal solo para aquellos que sepan leer y escribir.[51]​ En ese entonces, también se tuvo en planificación la creación de un Estado menos centralizado y con economías abiertas;[50][52]​ así mismo, se consideró un parlamento unicameral, un periodo de mandato de cuatro años sin reelección y la anulación de la concesión de facultades extraordinarias al presidente.[53]​ Debido al temor de los conservadores, principalmente porque el sistema de sufragio directo aplicaba también a afroperuanos libertos y otra parte de la población que no sabía leer ni escribir,[51]​ la constitución fue suspendida debido a la guerra civil entre 1856 y 1858.

Aparte de las reformas lacistas, uno de los legados civiles fue el derecho de petición para fomentar la participación política apenas indirecta.[54]​ Otro legado relevante fue el derecho de asociación de forma individual y colectiva, que el investigador Marcial Rubio Correa refirió como una de las garantías constitucionales más variables que compartían posteriores normas fundamentales.[54]​ Otro aporte de la mitad del siglo XIX, es el enfoque de un liberalismo democrático a los problemas sociales que estuvo aún inmerso en visiones tradicionales,[26]​ caso que en los primeros años del republicanismo tuvo al tema de los indios en segundo plano.[55]​ Uno de ellos es Juan Bustamante Dueñas, quien se enfocó en las libertades indígenas.[56]

El liberalismo pragmático de Ramón Castilla

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Por otro lado, dentro del enfoque social, es el presidente Ramón Castilla quien entró a influenciar en sus primeros años como liberal,[57]​ pero terminó siendo pragmático para estar al margen de un eventual conflicto ideológico.[58]​ Este presidente fue responsable de la eliminación de la contribución indígena,[55]​ uno de sus mayores logros sociales, junto con la abolición de la esclavitud,[59]​ abolición que se realizó por segunda vez debido a su restablecimiento en 1826.[51]​ El sentimiento americanista de Castillo se manifestó cuando estuvo a favor del gobierno de Benito Juárez durante la segunda intervención francesa en México.[60]

Si bien la administración de Ramón Castilla recurría conceptos económicos para fomentar la actividad minera empresarial del salitre,[61]controlado por su administración para generar ingresos y así no depender de la servidumbre forzada, la investigadora Carmen Mc Evoy sugirió que no se consiguió su plenitud liberal al asemejar su política unitaria con ideas del conservador Bartolomé Herrera.[62]​ En las discusiones para casi inicios de los años 1950 se concebía a los nuevos librecambistas que separaban conceptos del liberalismo (económico) con la libertad.[63]​ Aun así, se formó un nuevo grupo de sucesores liberales, que destacaron al Club Progresista de Domingo Elías y el Partido Civil de Manuel Pardo.[52]

Pardo tuvo el legado presidencial de Castilla cuando asumió en los años 1870, luego del fallido acuerdo entre liberales y conservadores del segundo ciclo doctrinario que concluyó con la efímera constitución de 1867.[64]​ Entre sus logros fue en la distribución de la controversial revista progresista y lacista El Educador Popular, dirigida por José Arnaldo Márquez.[65]​ El escritor Ulrich Mücke recalcó que en su gobierno «no son vistos como liberales, se habla de "progresismo" y se les describe como fuerza conservadora y liberal a la vez; […] su meta política era idéntica a lo que otros liberales latinoamericanos quisieron conseguir».[66]

Liberalismo en la República Aristócrática

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Para finales del siglo XIX, el mayor distintivo de las libertades civiles fue en el matrimonio civil.[67]​ En ese entonces, se formaron clubes afines a conceptos de seres libres como «Club Paz y Libertad», el «Club Pueblo Libre» y el «Club Unión y Libertad»; por lo que en 1861 ya se instalaban en varias ciudades del país.[68]​ Una de las figuras que destacó en esa época fue Christian Dan, conocido por fundar la Liga de librepensadores en 1897 y su postura antieclesiástica.[69]

Además, emergieron otras figuras importantes como el expresidente Andrés Avelino Cáceres y la escritora Clorinda Matto de Turner.[70]​ Clorinda, una representante de la crítica social para fomentar la liberación de los indios con su obra Aves sin nido, se reunía previamente en el Círculo Literario y del Ateneo de Lima, donde se congregaba a pensadores liberales.[71]​ Con la llegada al poder de Nicolás de Piérola, quien fue autoritario,[72]​ Cáceres, Matto de Turner y otros pensadores huyeron por represalias del gobierno contra opositores, en que Matto de Turner se instaló en la Argentina, donde otros escritores ocuparon ese espacio con élites locales.[72]

Tras el final de Piérola, el liberalismo floreció acompañado del positivismo, desarrollado en la República Aristocrática bajo el concepto de «civilizador» antes del surgimiento del socialismo.[73]Francisco García-Calderón Rey fue una de las personas en aplicar ambos conceptos en los años 1920.[74]​ En ese entonces se formó el Partido Liberal, uno de los primeros intentos en conectar con el sector indígena. En ese partido estuvieron afiliados varios pensadores independientes que egresaron de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa.[75]​ Por otro lado, el escritor Manuel González Prada propuso traer a influyentes liberales, como el fundador del Partido Liberal Augusto Durand Maldonado, y librepensadores al país con la formación de un comité librepensador del Perú.[76]

Otras influencias

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Para mediados del siglo XX, estudios sobre el liberalismo de Julio Cotler, Carmen McEvoy, Cristóbal Aljovín y Víctor Peralta sugirieron que la corriente fue limitándose hacia el nacionalismo.[77]​ Un contexto relevante es que los gobiernos de Fernando Belaúnde Terry (en que Mangin y Delgado consideraron parte de su primer gobierno como liberal)[78]​ y Juan Velasco Alvarado buscaron aplicar reformas sociales progresistas desde la derecha e izquierda respectivamente, aunque este último solo limitó las libertades políticas e hizo una mayor dependencia de la economía al Estado.[79]​ No obstante, la ideología, con matices socialdemocráticas, fue concebida en la Constitución de 1979 que estableció derechos fundamentales en el ámbito de la democracia y los derechos humanos.[80]

En los años 1980, los estudios sobre los antecedentes del liberalismo en el país cobraron importancia por parte de los historiadores Jean-François Sirinelli, François Furet, Raffaele Romanelli, Pierre Rosanvallon y Antonio Annino.[20]​ Las investigaciones se retomaron con profundidad en los años 1990.[81]​ En ese entonces, surgieron grupos de investigación académica sobre la realidad social como el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO), el Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), o el Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación; con algunos profesionales vinculados con Izquierda Unida y afines.[82]

El planteamiento del «liberalismo conservador» de Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori

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Luego de Velasco Alvarado, Izquierda Unida tuvo una crisis de identidad por los grupos de personas que buscaron abrasar mentalidades liberales en un futuro proceso democrático frente a las ideas revolucionarias.[83]​ En contraparte de esos grupos, Mario Vargas Llosa desarrolló un nuevo planeamiento liberal en los años 1980 y puso en marcha en el Movimiento Libertad.[84]​ Su fuente de inspiración fueron en el clásico y el neoliberalismo,[85]​ luego de mostrar rechazo del marxismo para abrazar postulados de José Ortega, Adam Smith y Albert Camus.[86]​ El político Mirko Lauer sugirió que el escritor «no ha respetado las reglas del juego, tanto por su parcialidad (el no dirigir su mirada crítica hacia el capitalismo, por ejemplo) como por el no haber propuesto un conjunto de principios positivos».[85]

El periodista Juan Carlos Tafur discrepó la postura de libertad plena planteada por Mario Vargas Llosa en 2012. En su columna de Diario 16, señaló que «el drama del liberalismo en el Perú, en particular, radica en su confusión con las propuestas de quienes, infundadamente, son considerados vecinos ideológicos, [...] donde supuestos liberales andan de la mano con convictos autoritarios o mercantilistas conservadores sin rubor alguno, pero comparten el mismo odio infantil hacia los progresistas liberales provenientes de la izquierda».[87]

En el libro de 2018 La llamada de la tribu, el escritor nacionalizado español justificó el postulado de que «los liberales quieren un Estado eficaz pero no invasivo, que garantice la libertad, la igualdad de oportunidades, sobre todo en la educación, y el respeto a la ley»;[88]​ su obra generó críticas por tratar temas sociales de forma similar al movimiento neoconservador.[89][90][91]

La corriente afín del liberalismo conservador local fue aplicado finalmente por el electo presidente Alberto Fujimori, quien aplicó reformas políticas con exsocios de sectores progresistas para competir con la campaña de Vargas Llosa en 1990.[92]​ Sin embargo, especialistas como Alberto Vergara señalaron que esa corriente cortó libertades sociales, incluido derechos laborales.[93]​ El profesor de Centrum (escuela de negocios de la PUCP), Luis Felipe Zegarra, señaló que al ser una dictadura está «está tan lejos de [llegar a] un liberal de verdad».[94]​ Además, el hijo del excandidato del Movimiento Libertad, Álvaro Vargas Llosa, comentó en su momento que «la confusión alimentada por el engaño de Fujimori […] es en parte responsable de que las ideas liberales se vieran momentáneamente prostituidas y disminuidas por la traición que cometió contra su propio mandato» y concluyó que el «señor Fujimori [dejó de ser] un liberal».[95]

Movimientos del siglo XXI

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Con el colapso del régimen fujimorista, apenas floreció la participación de organizaciones nacionales en promover iniciativas para obtener libertades, privatizaciones y apertura de mercados. Estos fueron el Instituto de Libre Empresa (1998) y el Partido Liberal del Perú. Este último fue fundado en el 2003 por Alberto Mansueti, José Luis Tapia Rocha, Myriam Janet Ortiz Herrera, Humberto Pérez Fry, Juan Carlos Palacio, Fernando Barrios entre otros que pretendieron llegar a sectores rurales.[96]

A causa de la ausencia de partidos políticos sólidos, han surgido espontáneamente dos redes de expertos en los años 2000: una con afinidad liberal vinculada al segundo gobierno de Alan García y otra con ideales de izquierda asociada a las administraciones de Alejandro Toledo y Valentín Paniagua. Ambas redes han ejercido una influencia significativa en la conformación de políticas públicas, a pesar de la inexistencia formal de partidos políticos que las representen directamente.[82]​ El politólogo Juan Carlos Tafur ha destacado el surgimiento de opciones políticas alternativas coincidiendo con el crecimiento de la clase media, aunque su relevancia ha disminuido con el tiempo.[97]

Para 2016, aparecieron alternativas como el Partido Morado, que atrajeron el apoyo de la juventud debido a su afinidad ideológica con el liberalismo y el progresismo.[98]​ En 2018, se consolidó la Bancada Liberal bajo el liderazgo de Alberto de Belaunde, quien propugnó un acercamiento a los principios republicanos y exigió a sus miembros una postura afirmativa respecto a las políticas que protegían los derechos de la comunidad LGBT y los pueblos indígenas.[99]

Los congresistas Gino Costa y Guido Lombardi y, posteriormente, el propio De Belaunde fueron incorporados al Partido Morado,[100]​ tras el reconocimiento del presidente Julio Guzmán de una afinidad ideológica con la mencionada bancada parlamentaria.[101]

El Partido Morado, que fue integrante de la alianza Fuerza Ciudadana, destacó en su momento por llevar una diversidad de candidatos, algunos de ellos defensores de derechos humanos.[102]​ En 2020, uno de los congresistas del partido, Francisco Sagasti, asumió como presidente interino de la nación.[103]​ Sin embargo, algunos integrantes del Partido Morado renunciaron y se unieron al partido Primero La Gente, que agrupa a políticos con ideas liberales progresistas.[104][105]

Véase también

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Referencias

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  1. McEvoy, 2011, p. 208. «Aunque el término liberalismo apareció en el Perú en 1820, el mismo adquirió un significado político generalizado en la segunda mitad del siglo XIX con motivo de la revolución liberal que en 1854 abolió la esclavitud y el tributo indígena».
  2. a b Samuel Rivera, 2012, pp. 339-340. «Acabamos de describir el ambiente de la historiografía de inicios del siglo XX, fusionada entonces con la sociología política. Ésta creó Víctor Samuel Rivera el terreno para una reflexión sobre lo "liberal", los "liberales" y el "liberalismo" que sería asimilada por Jorge Basadre, perteneciente a la generación siguiente, conocida como "Generación de 1920"». Enlace a Google Books
  3. Samuel Rivera, 2012, pp. 338-339. «Dentro de esta historia hay que tener en cuenta la obra de Francisco García Calderón (1883-1951). [...] Le Pérou Contemporain [2000 (1907)] contiene un esbozo de historia política y de «liberalismo» de manera que, aunque es bastante escueto, marcará los márgenes de interpretación de los «liberales» para la historiografía posterior. El sociólogo y polígrafo dividió en él la historia política del siglo anterior en «dos épocas», ambas marcadas como un enfrentamiento entre «liberales» y «conservadores» (52-61), una novedad respecto de Riva-Agüero. La primera iría de 1824, fecha del fin de la Monarquía peruana bajo la Corona de España, a 1842, con la dictadura conservadora del general Vivanco; la segunda desde ese año hasta 1868». Enlace a Google Books
  4. Jiyagón Villanueva, José Carlos (2017). «El ascenso del liberalismo en el Perú: la Convención Nacional de 1855 y la Constitución Liberal de 1856». Revista de Investigación Multidisciplinaria CTSCAFE 1 (1). ISSN 2521-8093. Consultado el 13 de octubre de 2023. 
  5. McEvoy, 2011, p. 208. «Aunque el término liberalismo apareció en el Perú en 1820, el mismo adquirió un significado político generalizado en la segunda mitad del siglo XIX con motivo de la revolución liberal que en 1854 abolió la esclavitud y el tributo indígena».
  6. Rojas, Rolando (28 de diciembre de 2017). La república imaginada: Representaciones culturales y discursos políticos en la época de la independencia. Instituto de Estudios Peruanos. p. 120. ISBN 978-9972-51-666-5. Consultado el 9 de octubre de 2023. 
  7. Losada, Cristóbal Aljovín de (20 de julio de 2020). «República y conservadurismo católico: Perú, Ecuador y Colombia de mediados del siglo XIX a inicios del XX». Discursos del Sur, revista de teoría crítica en Ciencias Sociales (5): 31-66. ISSN 2617-2291. doi:10.15381/dds.v0i5.18142. Consultado el 14 de octubre de 2023. «En el Perú no hubo un conservadurismo duro. De igual modo, el liberalismo de orden doctrinario fue rápidamente controlado. Quizá un buen ejemplo de la tendencia dominante, a pesar de los conflictos ocurridos en torno al tema de la Iglesia católica, sea el lema de gobierno de Manuel Pardo: república práctica». 
  8. Escalante, María Antonieta (1995). «Las Fuerzas Armadas en la estructura del Estado peruano del siglo XIX». Pensamiento Constitucional 2 (2): 169-201. ISSN 2223-0262. Consultado el 15 de octubre de 2023. «Si bien el liberalismo triunfó en el nivel de las ideas oficiales (abolición del tributo indígena y de la esclavitud, por ejemplo), como señala [Gonzalo] Portocarrero, en el plano de los comportamientos y sentimientos de la vida cotidiana la tradición conservadora siguió siendo dominante (desprecio por lo indígena). Había una suerte de conservadurismo real y liberalismo formal». 
  9. Pease, 1993, p. 143, 173. «Es que en política, como en economía, las confusiones entre doctrina y práctica son grandes, no sólo en el Perú, sino en otros países de América Latina. Vemos así a escritores liberales que defendieron en ocasiones posiciones autoritarias (conservadoras) y viceversa (quizás no hubo nadie más liberal que Manuel Pardo que nunca se propuso serlo). [...] [A]utores más recientes han hecho notar que no fue uniforme un esquema económico liberal, sino que alternó con políticas claramente proteccionistas. Asimismo, se viene afirmando recientemente que las etiquetas políticas de los sucesivos gobiernos (luego de la época del guano) pueden fácilmente llevar a equívocos, y así resultaría que gobiernos liberales aplican recetas económicas conservadores, y viceversa».
  10. López Soria, José Ignacio. «Perú, un país sin tradiciones liberales». revistaquehacer.pe. Consultado el 25 de marzo de 2024. «Lo tradicional se manifestó en la primacía que se dio al liberalismo económico por sobre el liberalismo en lo social, político y cultural. Quedó, por eso, como herencia un liberalismo trunco, inmaduro, empobrecido, cristianizado, una modernidad sin aristas que no solo toleraba la tradición colonial, sino que convivía armoniosamente con ella, mientras explotaba, inmisericorde, al llamado "Perú tradicional"». 
  11. Sobrevilla, Natalia (17 de marzo de 2024). «Liberales, neoliberales y otras perlas». Jugo. Consultado el 29 de marzo de 2024. «El caso de Alberto Fujimori ilustra claramente el problema: haber impuesto una política económica neoliberalno lo hace un liberal, ya que lo hizo de una manera que destruyó la democracia y el sistema representativo. Hasta ahora vivimos las consecuencias de esas decisiones». 
  12. Samuel Rivera, 2012, p. 340. «Para la revolución y la primera guerra civil, entre 1814 y 1824, se trata aún de un lenguaje tímido, en formación, cuyos rasgos semánticos se extienden por un espectro amplio y variable que incluye "federalismo", "república", "ciudadano", "democracia", "patriotismo" o "libertad" entre otros, parte a su vez de un paquete de vocabulario relativo a la racionalidad práctica que significó el paralelo ingreso de la modernidad en el Perú».
  13. Samuel Rivera, 2012, p. 335. «En 1846 se edita el Sermón de acción de gracias por el aniversario de la independencia del Perú, del padre Bartolomé Herrera. [...] «Liberalismo» aparece allí más bien ligado a «jacobinismo», término entonces en desuso —para referirse al radicalismo revolucionario y sus tesis— que Herrera había tomado del lenguaje político de la Restauración»
  14. Pease, 1993, p. 95. «[L]a imagen más radicalemnte liberal atribuida generasoamente en forma genérica a los fundadores de la República no ocultaba sus prejuicios eurocentristas».
  15. Samuel Rivera, 2012, pp. 337-338. «Como era común en la historia narrativa de la historiografía francesa de la Escuela de Guizot y Thiers, el marqués (quien escribió el libro Carácter de la literatura del Perú independiente en 1905) los hace sinónimos de «jacobinismo» y «jacobinos», términos que, a su vez, traslada al conjunto de todas las posturas del siglo XIX que se toman por «radicales» a través del imaginario contrarrevolucionario de la Restauración. El uso político de «liberal» no era, pues, necesariamente, un halago. Montealegre en 1905 se considera a sí mismo como «conservador», y trata las ideas liberales como «jacobinismo, 338 Víctor Samuel Rivera el feroz y funesto jacobinismo» (RIVA-AGÜERO, 1905, 201-201, cursiva en el original).»
  16. Pérez, Víctor Andrés Ponce (2022). «El predominio del jacobinismo como una de las causas del fracaso en la construcción republicana». REVISTA GOBIERNO Y GESTIÓN PÚBLICA 9 (1): 136-153. ISSN 2414-4991. doi:10.24265/iggp.2022.v9n1.09. Consultado el 14 de octubre de 2023. «De esta manera es incuestionable que el racionalismo jacobino que nació con la independencia bajo el influjo de la revolución en Francia se racionaliza y se torna actual y contemporáneo con el mensaje de González Prada y la obra teórica de Haya y Mariátegui». 
  17. Fillipi, Alberto (2017). «Gobetti y Mariátegui: la búsqueda de una teoría políticanuestroamericana entre liberalismo y socialismo». Utopía y Praxis Latinoamericana 22 (77): 13-28. Consultado el 9 de octubre de 2023. «Afortunadamente, gracias a la gran influencia que en aquellos años tuvo Mariátegui, la recepción del pensamiento de Gobetti termina por trascender el ámbito peruano para extenderse al resto de América Latina. En forma particular, el debate sobre liberalismo y socialismo había tenido especial interés en Argentina. [...] Resulta sin duda relevante que en 1927, en plena madurez, Mariátegui sostuviese convencido que: “el destino de todo liberalismo auténtico es preparar el camino al socialismo”. Para él, como para Justo (así como lo será para [Carlo] Rosselli), se trataba, dentro de las diferentes condiciones históricas específicas de cada país, de dar vida a una batalla teórica y práctica, doble y convergente, para liberar al liberalismo de los axiomas del liberalismo que se había vuelto oligárquico y reaccionario y al socialismo de la lógica determinista y evolucionista de la II Internacional». 
  18. Peralta Ruiz, Víctor (2009). «La Transformación Inconclusa. La trayectoria del liberalismo hispánico en el Perú». Ayer (74): 107-131. ISSN 1134-2277. Consultado el 7 de octubre de 2023. «El impacto más significativo del liberalismo hispánico en Perú se produjo entre 1810 y 1814 y coincide con la etapa de actuación de las Cortes de Cádiz. Los dos aportes más importantes de esta instancia legislativa en el ámbito de la cultura política fueron, primero, extraer la discusión política del ámbito privado al público a partir de la conversión de la doctrina liberal en un referente pedagógico de difusión masiva y, segundo, alentar la crítica a la autoridad absolutista a partir de la denuncia de la arbitrariedad y el respeto de la soberanía de la nación». 
  19. Sala i Vila, Núria (9 de marzo de 2022). «Región y revolución liberal en el Perú hispano: las diputaciones provinciales (1820-1824)». Ayer. Revista de Historia Contemporánea 125 (1): 21-48. ISSN 2255-5838. doi:10.55509/ayer/125-2022-02. Consultado el 7 de octubre de 2023. «El 29 de diciembre de 1821 José de la Serna trasladaba la capital virreinal al Cusco. Su confirmación en el puesto de virrey en marzo de 1822 marcó el inicio de una etapa de despliegue político de los principios liberales inspirados en la Constitución de 1812». 
  20. a b c Peralta Rúiz, Victor (30 de abril de 2008). «The impact of the Cádiz Cortes in Peru. A historigraphical evaluation» [El impacto de las Cortes de Cádiz en el Perú. Un balance historiográfico]. Revista de Indias LXVIII (242): 67-96. ISSN 1988-3188. doi:10.3989/revindias.2008.i242.635. Consultado el 8 de octubre de 2023. 
  21. a b c Perea, Natalia Sobrevilla (28 de diciembre de 2021). «Disputando el poder de la fuerza con la ley: Los liberales en la temprana república peruana y la guerra civil de 1834». Anuario de Historia de América Latina 58: 45-76. ISSN 2194-3680. doi:10.15460/jbla.58.236. Consultado el 16 de marzo de 2023. «Tradicionalmente, la historiografía ha descrito este periodo como el del ‘primer liberalismo’. Jorge Basadre lo llamó "el primer ciclo doctrinario" y el dilema principal al que se enfrentaron fue la disputa entre el gobierno fuerte y la libertad. En las últimas décadas, los estudios se han incrementado y se han desarrollado nuevas maneras de entender a estos pensadores. Coincido con Charles Walker, quien ha descrito cómo los liberales vencieron a los defensores de la monarquía constitucional, pero que considera que su debilidad más grande fue que "su elevada retorica tenía poco asidero en la compleja realidad peruana". Así como con Cecilia Méndez que piensa que "la primera generación de liberales doctrinarios enfatizaban la primacía de la ley ante la voluntad del ejecutivo, y la importancia de mantener el balance entre los poderes del Estado"». 
  22. a b McEvoy, Carmen (30 de diciembre de 2011). «No una sino muchas repúblicas: una aproximación a las bases teóricas del republicanismo peruano, 1821-1834». Revista de Indias 71 (253): 759-792. ISSN 1988-3188. doi:10.3989/revindias.2011.025. Consultado el 10 de octubre de 2023. «La influencia de John Locke se hizoevidente en la discusión propiciada desde las páginas de Los Andes Libres, donde se asoció la ley con la libertad. Locke fue citado por los autores peruanos para validar una serie de conceptos muy cercanos al ideario liberal, como el de la libertad («facultad que tenía un hombre de hacer lo que le pareciere siempre y cuando no dañara a otros hombres»), el de la igualdad («derecho a ser protegido en sus medios y en sus facultades sin diferencia de unos hombres a otros») y el de la propiedad («facultad exclusiva de disponer y gozar a nuestro arbitrio del producto de nuestro trabajo»). Existía un consenso entre los participantes de aquella intensa discusión pública —a la que Jorge Basadre denominó el primer ciclo doctrinario peruano— respecto de que la soberaníaresidía en el pueblo y, por ende, era este el que debía elegir a sus «representantes para pronunciar su voluntad»». 
  23. Rengifo Vela, Saúl (2021). «Causas filosóficas del fracaso del primer liberalismo republicano peruano». Revista Identidad 8 (1): 53-60. doi:10.46276/rifce.v8i1.1478. Consultado el 7 de octubre de 2023. 
  24. McEvoy, 2011, p. 208. «Con respecto a la relevancia del concepto, Santiago Távara señaló que, luego de la partida de Simón Bolívar, existían dos partidos en el Perú. Por un lado, el partido de los gobiernos fuertes, liderado por el general Agustín Gamarra, a quien apoyaba el ejército y el sistema colonial. Este grupo odiaba la independencia individual, a la que denominaba licencia y demagogia. Por el otro, el Partido Liberal representado por la Asamblea con Javier Luna Pizarro a la cabeza. De acuerdo con Távara, los liberales representaban no sólo la ley sino el pensamiento de las nuevas generaciones que querían deshacerse del sistema colonial”».
  25. McEvoy, 2011, p. 211. «A partir de la década de 1820, las ideas liberales estuvieron asociadas a la división de los poderes del Estado, el igualitarismo, la libertad negativa, la primacía de la ley y el predominio del gobierno constitucional».
  26. a b Jamanca Vega, Marco (2007). «El Liberalismo Peruano Y El Impacto De Las Ideas Y De Los Modelos Constitucionales a Inicios Del Siglo Xix». Historia Constitucional (8): 273-287. ISSN 1576-4729. Consultado el 7 de octubre de 2023. 
  27. McEvoy, 2011, p. 208. «Con respecto a la relevancia del concepto, Santiago Távara señaló que, luego de la partida de Simón Bolívar, existían dos partidos en el Perú. Por un lado, el partido de los gobiernos fuertes, liderado por el general Agustín Gamarra, a quien apoyaba el ejército y el sistema colonial. Este grupo odiaba la independencia individual, a la que denominaba licencia y demagogia. Por el otro, el Partido Liberal representado por la Asamblea con Javier Luna Pizarro a la cabeza. De acuerdo con Távara, los liberales representaban no sólo la ley sino el pensamiento de las nuevas generaciones que querían deshacerse del sistema colonial”».
  28. Rojas Ingunza, Ernesto (18 de abril de 2018). «A propósito de 1808: el clero arequipeño y el liberalismo español». Anuario de Historia de la Iglesia 17: 149-161. ISSN 2174-0887. doi:10.15581/007.17.9978. Consultado el 10 de octubre de 2023. «En estas coordenadas hay que encuadrar el liberalismo del futuro primer actor del republicanismo peruano, el presbítero arequipeño Francisco Javier de Luna Pizarro [...], profesor en el reformado Seminario San Jerónimo, y testigo de los debates que alumbrarían la Constitución de Cádiz como capellán del Presidente del Consejo de Indias». 
  29. a b Tcherbbis Testa, Jimena (22 de diciembre de 2022). «Liberalismo, republicanismo y religión: Francisco de Paula González Vigil ante la Inquisición de Roma (1850-1860)». Revista de Indias 82 (286): 735-768. ISSN 1988-3188. doi:10.3989/revindias.2022.022. Consultado el 11 de octubre de 2023. «Vigil fue electo diputado por Tacna en varias ocasiones. [...] Cobró protagonismo por su rechazo a la Constitución vitalicia impulsada por Bolívar participando, luego, en la elaboración de la Constitución de 1828 de impronta liberal. hacia 1832 ganó la admiración de los liberales al acusar, desde su posición de vicepresidente de la Cámara de diputados, al Gobierno de Agustín Gamarra de autoritario constituyéndose en un defensor de la primacía parlamentaria». 
  30. Zapata, Antonio, ed. (2008). Historia y cultura de Ayacucho. Miscelánea del Instituto de Estudios Peruanos (1. ed edición). Instituto de Estudios Peruanos. p. 135. ISBN 978-9972-51-185-1. Consultado el 8 de octubre de 2023. 
  31. Urquizo Pereira, Darwin (27 de julio de 2021). «¿Cuáles fueron los ideales fundacionales del Perú en su primera Constitución?». LP. Consultado el 7 de octubre de 2023. «Los republicanistas, defendían las ideas de soberanía popular y el liberalismo político, mezclado con un poco radicalidad. Sánchez Carrión fue el que más ideas y luces le dio a la propuesta republicana. Luis Alberto Sánchez señala que “el más auténtico representante del pensamiento peruano había sido, antes de la reunión del Congreso, durante sus sesiones y bajo la dictadura de Bolívar, don José Faustino Sánchez Carrión». 
  32. Vásquez Monge, Eduardo (31 de diciembre de 2010). «El pensamiento liberal de José Faustino Sánchez Carrión». Investigaciones Sociales 14 (25): 165-180. ISSN 1818-4758. doi:10.15381/is.v14i25.7314. Consultado el 7 de octubre de 2023. 
  33. Guerra Martiniére, 2005, p. 166. «La primera generación integrada por hombres como Sánchez Carrión, Manuel Pérez de Tudela, Mariano José de Arce, Francisco Xavier Luna Pizarro, Francisco de Paula González Vigil, Francisco Javier Mariátegui, Benito Laso, Manuel Lorenzo de Vidaurre y algunos más, quienes terminaron aceptando, - con excepción de algunos de los nombrados -, la permanencia en las Constituciones del artículo sobre la confesionalidad católica del Estado Peruano y el compromiso de la defensa de la religión, pues durante las primeras décadas se consideró a la Iglesia como el elemento de cohesión de la sociedad peruana, en circunstancias en las cuales eran pocos los vínculos que podía mantener la unidad de la nación».
  34. Guerra Martiniére, 2005, p. 167.
  35. a b Ruiz, Rolando Iberico (30 de diciembre de 2015). «“La fe de todos los siglos”: una aproximación a la relación entre teología ultramontana e historiografía católica en el Perú». Revista Cultura y Religión 9 (1): 9-33. ISSN 0718-4727. Consultado el 13 de octubre de 2023. «Durante las primeras décadas de la república se consolidaron dos sectores católicos: los ultramontanos y los liberales-regalistas. Los ultramontanos se encontraban en una posición favorable por el apoyo pontificio y por sus vínculos con la jerarquía de la iglesia local, mientras los liberales-regalistas pertenecían a sectores laicos y sacerdotales marginales. En el caso peruano, la Revolución liberal de 1854 abrió el debate teológico entre ambos sectores católicos que culminó con la consolidación del ultramontanismo como discurso hegemónico en el catolicismo peruano». 
  36. Salazar Ávila, Andrés Felipe (2017). «De los “ángeles del hogar” a las intelectuales: el pensamiento femenino en el liberalismo ideológico del siglo XIX en Colombia y Perú». Goliardos. Revista estudiantil de Investigaciones Históricas (21): 66-75. ISSN 2745-0112. Consultado el 12 de octubre de 2023. «En el contexto de la escritora Flora Tristán, de ascendencia arequipeña, esta ciudad se constituyó bajo el «mito de la ciudad blanca», la cual propendía por consolidar una élite blanca, con presupuestos liberales como el libre comercio y la consolidación de la ciudadanía bajo un modelo republicano. [...] En esta medida (cuando en el gobierno de Vivanco, se impulsaban la movilización popular mediante la satisfacción de sus intereses y el mantenimiento de instituciones coloniales), se vio enmarcado el desarrollo de los ideales liberales, en medio de tensiones, los cuales, a diferencia del escenario en Colombia, fue más difícil implementar debido a la estructura caudillista que rigió gran parte del siglo XIX, hasta la década de los setenta». 
  37. a b Sánchez, Hans Enrique Cuadros (22 de diciembre de 2018). «“De Indio a Campesino: la Construcción de Categorías Jurídicas en Contextos de Cambio Político e Ideológico en el Perú Republicano hasta el Último Militarismo”». forum historiae iuris (en alemán). ISSN 1860-5605. Consultado el 24 de julio de 2024. 
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  41. Guerrero Oñate, Pablo Andrés (5 de enero de 2023). «Élites Indígenas, Liberalismo Y Derecho Comunal A La Tierra. El Espacio Surandino Peruano Durante El Siglo Xix». Historia 396 12 (2): 121-154. Consultado el 16 de octubre de 2023. «La idea bolivariana de modernización de las sociedades hispanoamericanas se orientó en la generación de una transformación estructural de la sociedad y la actividad extractiva rural. Inicialmente, Bolívar acuñó la denominación afrancesada de indígenas para referirse a la población nativa, por considerarlo un vocablo mucho más apto y adecuado para identificar a la población autóctona del territorio para, a continuación, suprimir todos los servicios personales como séptimas, mitas o pongos que pesaban sobre ellos, allanando el camino para su integración en la ciudadanía liberal». 
  42. Ruz, Rodrigo; González, Héctor (2014-06). «Estado peruano, liberalismo y tierras indígenas en la precordillera de Arica (1854-1880)». Si Somos Americanos 14 (1): 41-60. ISSN 0719-0948. doi:10.4067/S0719-09482014000100003. Consultado el 16 de octubre de 2023. «Con la independencia del Perú, se intentaron aplicar políticas de espíritu liberal que buscaban eliminar el tributo y las comunidades de indios, entendidos como resabios del oprobioso sistema colonial. De esta manera, los indígenas podían transformarse en propietarios individuales de sus antiguas tierras de comunidad. [...] Sin embargo, presionado por la falta de recursos fiscales, en 1826, el gobierno bolivariano reintrodujo el tributo indio, bajo la denominación de "contribución de indígenas". Junto con mejorar la economía nacional y regional, esta contribución también delimitó las relaciones entre el Estado y los "indios" de una manera parecida a la existente durante el período colonial (Sánchez-Albornoz, 1978). La diferencia era que ahora los "indígenas" ya no eran la población colonizada que "tributaba" a sus vencedores, sino ciudadanos que "contribuían" al sostenimiento de su Estado». 
  43. Samuel Rivera, 2012, p. 341. «El segundo "ciclo doctrinario" iría de 1842 a fines de la década de 1860, y se definiría a propósito de lo que el historiador asume como un debate entre "liberales" contra "conservadores"». Enlace a Google Books
  44. Guerra Martiniére, 2005, p. 173.
  45. Ruiz, Rolando Iberico (2 de diciembre de 2022). ««Curiales» y «cismáticos»». Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo (12): 49-81. ISSN 2301-1629. doi:10.25185/12.3. Consultado el 8 de octubre de 2023. 
  46. Hunefeldt, 2010, p. 82. «Between 1850 and 1875 the physical and economic dominance of the crurch diminished. [...] Tithe were reduced during the wars of independence and abolished in 1853, the leyes de exvinculacion cancelled interest on loans made by the crurch, and much of the cruch's property was transferred into private hands».
  47. Armas Asín, Fernando (12 de diciembre de 2020). «El pensamiento liberal y anticlerical del siglo XIX, analizado en la obra de Jeffrey Klaiber S.J.». Revista del Instituto Riva-Agüero 5 (2): 169-192. ISSN 2415-5896. doi:10.18800/revistaira.202002.005. Consultado el 8 de octubre de 2023. 
  48. Hunefeldt, 2010, p. 82. «Peruvians in general defended the crunch's economic and moral prerogatives».
  49. Pease, 1993, p. 142. «Si bien no hubo por entonces un partido conservador, sí se llegó a formar un partido liberal (1856), y entre sus miembros se encontraban Manuel Toribio Ureta, José Simeón Tejeda, José Gregorio Paz-Soldán, Santiago Távara, José Gálvez y Toribio Pacheco».
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  53. Guerra Martiniére, 2005, p. 166. «Otras ideas que se pueden rastrear, a través de los escritos y discursos de este grupo, es su concepción acerca de la división de poderes. La conciben como la subordinación del poder Ejecutivo al Legislativo En cuanto a este, consideran que solo debe existir una cámara. Van contra el Presidencialismo que había imperado bajo los caudillos y que con el triunfo de la revolución de 1854 creyeron que podrían controlar mediante la Convención de 1855 el poder autoritario de don Ramón Castilla. [...] Para debilitar más al Ejecutivo proponen los liberales la reducción del período de gobierno a solo cuatro años y sin posibilidad de reelección. Igualmente quieren anular la concesión de facultades extraordinarias al presidente, pero estos privilegios mantienen su vigencia hasta hoy, pues aunque en muchas oportunidades se llega a restringir dichas facultades, el hecho mismo de admitirlas a debate en las asambleas constituyentes implica la fuerza del poder presidencial, difícilmente controlable».
  54. a b Fernández Peña, Marta (14 de junio de 2023). «Liberalismo y política popular: el derecho de petición en el Perú de 1860». BOLETÍN AMERICANISTA (86): 177-196. ISSN 2014-993X. doi:10.1344/BA2023.86.1030. Consultado el 9 de octubre de 2023. 
  55. a b Jiyagón Villanueva, José Carlos (2018). «La modernización económica del siglo XIX y sus obstáculos: El problema de la mano de obra». Revista de Investigación Multidisciplinaria CTSCAFE 2 (4): 107-120. ISSN 2521-8093. Consultado el 12 de octubre de 2023. «Durante los inicios de la vida republicana, la imagen del indio será la de un protagonista disminuido, el liberalismo republicano lo reducirá a un actor secundario, pierde el papel central que había desenvuelto durante la colonia. El deseo de liberalizar al indio, de convertirlo en un individuo cívico, termino por encasillarlo en la sociedad indígena (Demelas, 2003, pp. 370-371), para empeorar su estatus fue encasillado en el área rural [...]. Los liberales también veían la situación del indio, como un personaje exótico, pero que se podía redimir. [...] Otro de los responsables de la situación de la falta de laboriosidad de la masa indígena, es el gobierno del general Ramón Castilla, que con sus medidas liberalizadoras, no previó la situación que se avecinaba. La medida de la abolición de la contribución indígena, y también de la esclavitud, será criticada pues está perjudicando notoriamente a la agricultura, además de a la masas populares, entiéndase indios, pues esta población por efecto de su condición tenderán a perderse en los vicios, y todo debido a que el gobierno de Castilla, no supo respaldar esta medida liberal, con alguna otra medida que trate de lograr un desarrollo tanto del país, como de la población». 
  56. Ossio, Juan M. (1995). Los Indios del Perú. Editorial Abya Yala. pp. 219-223. ISBN 978-9978-04-170-3. Consultado el 9 de octubre de 2023. 
  57. Pease, 1993, p. 143. «El propio Ramón Castilla pudo ser considerado en un momento un liberal y después un conservador, según de cuál de sus gobiernos se trate (aún, podría decirse que en un solo gobierno, el segundo, empezó como liberal y finalizó como conservador)».
  58. Guerra Martiniére, 2005, p. 167. «De actuar pragmático, evita la confrontación con liberales y conservadores al dar cabida en el gobierno a representantes de ambos bandos como eran los hermanos Paz Soldán y Felipe Pardo y Aliaga».
  59. Ruz, Rodrigo; González, Héctor (2014-06). «Peruvian State, liberalism and indigenous lands in the foothills of Arica (1854-1880)». Si Somos Americanos 14 (1): 41-60. ISSN 0719-0948. doi:10.4067/S0719-09482014000100003. Consultado el 8 de octubre de 2023. 
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  61. Guerra Martiniére, 2005, p. 168.
  62. González Miranda, Sergio; Lizama Gavilán, Diego (2019). «El estanco salitrero en Tarapacá y el liberalismo peruano: las influencias “castillista” y “civilista” (1844-1873)». Aldea Mundo 24 (48): 45-56. ISSN 1316-6727. Consultado el 10 de octubre de 2023. «Resulta evidente la importancia de Ramón Castilla en la llegada de los liberales al gobierno, pero ello no explica totalmente haber dejado a la actividad minera empresarial del salitre libre de todo gravamen [...] Probablemente, la creación de un Estanco salitrero “en beneficio del Estado-nación emergente”, durante el periodo “castillista” habría sido al fin y al cabo una medida esperada. Considerando, además, que, como lo afirma Carmen Mc Evoy: “para la puesta en marcha de la política unitaria castillista resultó fundamental el sustento ideológico que le proveyó el discurso, autoritario, cohesionador, de Bartolomé Herrera” (1996: 216), sacerdote que estaba lejos del ideario liberal (Mc Evoy, 1997)». 
  63. Gootenberg, Paul (Junio de 1995). «Order[s] and Progress in Developmental Discourse: A Case of Nineteenth Century Peru». Journal of Historical Sociology (en inglés) 8 (2): 111-135. ISSN 0952-1909. doi:10.1111/j.1467-6443.1995.tb00083.x. Consultado el 19 de octubre de 2023. «In debates of 1849-52, the victory of free trade came against a resurgent wave of artisan politics, which at times had raised a strident Jacobin rhetoric against Lima elites, graphically dramatising the contagious perils of politicised, or popular, policymaking. New free-traders disassociated liberalism from liberty, mainly in allergic response to artisan politics. Low, uniform, technocratically-decreed tariffs - the site of sharpest struggles - would suppress such destabilising politics, now and forever. [...] Lima elites bought their faith in laissez-faire because it had truly brought them palpable security: liberalism was enshrined in the consolidation (and blatant prosperity) of the new guano-age state - which had delivered them from the uncountable class nightmares of the pre-bird-dung era». 
  64. McEvoy, 2011, pp. 207-208. «El militarismo dominó la vida política de peruanos y bolivianos [...]. Para Manuel Pardo, hacia 1867, era esa reforma del Estado inconclusa que, luego de casi medio siglo de luchas estériles, ni los conservadores ni liberales lograron concretar».
  65. Agüero Palomino, Santiago Alonso (31 de diciembre de 2022). «La reforma política liberal. El Educador Popular y la polémica religiosa en Arequipa por su propuesta educativa (1874)». ISHRA, Revista del Instituto Seminario de Historia Rural Andina (9): 5-20. ISSN 2616-664X. doi:10.15381/ishra.n9.24584. Consultado el 13 de octubre de 2023. «Uno de los elementos novedosos que el gobierno de Pardo introdujo al sistema educativo peruano fue El Educador Popular, revista educativa escrita en el extranjero, que fue impartida en las escuelas peruanas a partir de 1873. [...] Precisamente, El Educador Popular era una herramienta de enseñanza utilizada principalmente por el docente. Así, este también hubiese sido uno de los objetivos de Pardo al utilizar este manual. Entre otros temas, afines al liberalismo, se consideraron el rol de la mujer en la sociedad, y la tolerancia religiosa, temas del manual explicados en los párrafos anteriores». 
  66. Mücke, Ulrich (2000). «El liberalismo peruano después de Ramón Castilla. Ideario y política de Manuel Pardo». Homenaje a Félix Denegri Luna (Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú): 558-570. OCLC 1025992910. Consultado el 8 de octubre de 2023. 
  67. Hunefeldt, 2010, p. 86. «By 1897 the only liberal sign was the formal recogntion of the two forms of matrimony: the one base on canon law for those who were part of he recognized Catholic community, and the other based on civil law for those who were foreigners and non-Catholics».
  68. Samuel Rivera, 2012, p. 371. «En 1861 se fundan en Lima tres clubes de ideas liberales, ninguno de los cuales se autoproclama, sin embargo, «liberal», aunque lo son para nosotros desde lo que podemos considerar sus «doctrinas»: tenemos el «Club Paz y Libertad», el «Club Pueblo Libre» y el «Club Unión y Libertad». En 1862 aparecen ya «sociedades liberales» en todas las regiones del país, desde el norte, como en Tumbes, hasta regiones altoandinas como Cuzco, Puno y Huanta». Enlace a Google Books
  69. Obando, Manoel (17 de mayo de 2024). «Christian Dan: el dentista más famoso de Lima que se enfrentó a la Iglesia hace más de 100 años». infobae. Consultado el 21 de mayo de 2024. 
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  74. Alor, Aldo Olano (2002). «Francisco García Calderón y la recepción del positivismo en el Perú». Memoria y Sociedad 7 (13): 25-41. ISSN 2248-6992. Consultado el 8 de octubre de 2023. 
  75. Valencia, Martha (15 de agosto de 2022). «El Partido Liberal-Independiente de Arequipa: pensamiento político del último tribuno, Francisco Mostajo». El Búho. Consultado el 8 de octubre de 2023. «El Partido Liberal arequipeño, en su proyecto, fue un primer intento de romper con la dominación de las élites en todos los ámbitos políticos. Lo que constituía una forma de gobierno que, para muchos, “ya no correspondía con las exigencias de la época. Y que evidentemente ya no era capaz de manejar los problemas sociales”, refiere [Hinnerk Onken, doctor en Historia del Departamento de Historia de la Universidad de Hannove]. [...] “No obstante, la ideología del movimiento, que parecía más bien un agregado de múltiples ideologías, revela el carácter experimental del proyecto liberal. Solo Mariátegui llevó a efecto un análisis social ideológicamente coherente, incluyendo propuestas para la solución de los problemas del país”. [...] [L]os principales Liberal-Independientes fueron en mayoría estudiantes de la UNSA que leían y discutían textos e ideas progresivas, incluso socialistas. En tanto, sus opositores, ciudadanos notables, empresarios, catedráticos, el obispo; eran hombres mayores». 
  76. Chocano, Magdalena (16 de diciembre de 2020). «Incredulidad y disidencia religiosa en el Perú de entresiglos, 1880-1904». Anuario de Historia de América Latina 57: 255-293. ISSN 2194-3680. doi:10.15460/jbla.57.195. Consultado el 9 de octubre de 2023. «[L]a Liga de Librepensadores no estuvo encargada directamente de formar la delegación peruana, sino Manuel González Prada que tenía una relación más laxa con la liga, y que al efecto formó un ‘comité librepensador del Perú’, directamente vinculado al Congreso Internacional de Libre Pensadores celebrado en Ginebra en 1902. Prada propuso a una serie de liberales y librepensadores para integrar el comité de Lima entre los que destacan Christian Dam, por supuesto, el político liberal Augusto Durand, Glicerio Tássara, Abelardo M. Gamarra (“el Tunante”)». 
  77. Samuel Rivera, 2012, p. 342. «Entre las décadas de 1950 y 1970 hubo un monótono desarrollo de los estudios relativos al liberalismo político en el Perú desde la corriente nacionalista iniciada por [el marqués de] Montealegre y la Generación del 900 (cita a Julio Cotler, Carmen McEvoy, Cristóbal Aljovín y Víctor Peralta). Por otra parte, la oferta ideológica del liberalismo, ligada con las consecuencias sociales de los conflictos globales, en particular la Segunda Guerra Mundial, estimuló su defensa en este período (FERRERO, 2003). Finalmente, la década de 1970 marca la definitiva —y bastante tardía y extraña— incorporación del lenguaje de la sociología marxista como cuerpo teórico de aproximación al "liberalismo", aunque bajo el peso de la historiografía nacionalista previa y sus detractores de izquierda acerca de la identidad nacional que perpetuaban así, tal vez sin saberlo, la temática novecentista tomada de Renan (GIUSTI, 1991)». Enlace a Google Books
  78. Collins, 1976, p. 51. «This perspective has, in effect, been adopted by Mangin and Delgado, the only authors who have thus far attempted to characterize gobernment policy toward settlement formation in Peru. The have both used the term "liberal" to describe the politicial climate of the Belaúnde period which made it possible for settlement formation to occur relatively freely in the 1960s in Peru».
  79. Miranda Delgado, Rafael Gustavo (27 de diciembre de 2022). «Sistemas políticos de pluralismo limitado y derechas resilientes. Análisis histórico comparado entre Perú y Colombia». Estudios Latinoamericanos (50-51): 37-60. ISSN 2665-329X. doi:10.22267/rceilat.225051.106. Consultado el 11 de octubre de 2023. «Fernando Belaúnde Terry con el apoyo de su partido Acción Popular de perfil reformista, fue electo como presidente en 1963 en una transferencia de poder de los militares a los civiles, en medio de profundos cambios sociales. [...] Belaúnde no pudo dar respuestas a todas estas exigencias, el Estado siguió debilitándose, dejó pendiente temas trascendentales como la reforma agraria y no impulsó a las capas medias en su ascenso hacia su conversión en burguesía nacional (Cotler, 1988; Ballón, 1989; Tuesta, 2005; Moncloa, 1982). [...] Esta va a ser una continuidad fundamental en la historia política peruana, la incapacidad de aplicar agendas programáticas progresistas en contextos democráticos. [...] En este contexto se dio otro golpe de Estado liderado por el nacionalista y popular Juan Velasco Alvarado, contando con una alta simpatía ciudadana. [...] Si bien el gobierno de Velasco fue progresista en lo social fue retrógrado en lo político, por lo que incluso los progresos quedaron limitados ya que el ciudadano ganó autonomía socioeconómica pero siguió dependiendo del gobierno». 
  80. Navarro Gonzales, Martín Demetrio; Echevarria Chagua, Diana Guendy (31 de agosto de 2020). «Ideologías políticas y constitución: liberalismo y neoliberalismo en las constituciones de 1979 y 1993». Social Innova Sciences 1 (4): 30-42. ISSN 2663-6921. doi:10.58720/sis.v1i4.36. Consultado el 16 de noviembre de 2023. «Entonces, a partir de lo indicado, se determinó que la estructura del Estado peruano, diseñado y contenido en la Constitución de 1979, fue liberal con anexiones socialdemócratas y socialcristianas; mientras que, la estructura del Estado, albergado jurídicamente en la Constitución de 1993, es de carácter neoliberal, pero no solamente por su vinculación con el sistema económico, sino por su fuente política autoritaria. [...] [E]ntonces, a diferencia de lo que afirman representantes de izquierda o derecha, los expertos consultados para la realización de esta investigación coincidieron en que la ideología de Estado peruano, de acuerdo al contenido de la Constitución de 1979, no es socialista ni demócrata, sino que esta fue de un liberalismo atenuado, es decir, es fundamentalmente liberal, pero reconoce los principios fundamentales de la democracia y considera los derechos humanos». 
  81. Samuel Rivera, 2012, p. 345. «[E]s interesante observar que la década de 1990, que había asistido a un retorno del estudio del liberalismo y lo liberal en clave constructivista, fue precedida por un intento previo —aún en clave nacionalista— de recuperación de fuentes y revalidación del liberalismo como un proceso histórico social basado en prácticas y lenguajes de agentes específicos, y en buena parte, en un proyecto de reconocimiento del lenguaje liberal». Enlace a Google Books
  82. a b Tanaka, Martín; Vera Rojas, Sofía; Barrenechea, Rodrigo (2009). «Think tanks y partidos políticos en el Perú: precariedad institucional y redes informales». Dime a quién escuchas... Think tanks y partidos políticos en América Latina. Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral. pp. 216, 225. ISBN 978-91-85724-73-4. Consultado el 28 de febrero de 2024. «En cuanto a la relación entre partidos y think tanks, los años ochenta muestran algunos nexos entre ambos, aunque no fueran del todo institucionalizados. Sin embargo, esas relaciones no maduraron sino que se interrumpieron en la década siguiente. [...] Así, tenemos algunos centros de investigación académica y de promoción identificados con posiciones de izquierda, como fueron el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO), el Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), o el Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación (CEDEP), entre otros. Muchos profesionales de esas instituciones tenían cargos de dirección política en alguno de los partidos que conformaban IU o participaron como técnicos en determinadas experiencias de gobierno de IU. [...] Un asunto importante que debemos resaltar en la etapa actual (años 2000) es que, en medio del vacío dejado por los partidos en lo que respecta a la articulación y formulación de propuestas de política, se han ido perfilando espontáneamente dos grandes redes de expertise técnico y profesional: una emparentada con políticas liberales, con diversos grados de vinculación con el Estado durante la década de los noventa, y otra más vinculada a políticas de izquierda, con diverso grado de identificación con IU y los partidos que la conformaban en la década de los ochenta. Así, pese a que no tenemos partidos propiamente liberales ni partidos de izquierda, técnicos de esas orillas han influenciado decisivamente en las políticas públicas de los últimos años, los primeros más cercanos al gobierno de García, los segundos a los de Toledo y Paniagua, aunque con superposiciones significativas». 
  83. González, Osmar (1994). «La seducción de la democracia. socialismo y nueva izquierda en el Perú». Perfiles Latinoamericanos 3 (5): 145-169. Consultado el 14 de octubre de 2023. «La propuesta política de los zorros que trató de dar solución a las múltiples polémicas que se desarrollaban en el interior del campo socialista fue la de transformar IU en un frente político revolucionario de masas. [...] Muchas de las polémicas que se fermentaban dentro del frente se ocultaron porque se pensó que ya en el gobierno las diferencias se zanjarían o o tendrían razón de ser. La peor consecuencia fue la imposibilidad de constituir una alternativa político-ideológica hegemónica en el interior de IU, como producto del debate y la medición de fuerzas dentro de reglas de juego mutuamente respetadas. [...] El proceso que se distinguía entonces era el siguiente: en la medida en que se acercaban al polo de la democracia eran más sensibles a una relectura y revaloración de las tradiciones liberales, pero simultáneamente, en este camino, se alejaban del otro polo, el del marxismo y la revolución. Ésta, más allá de su permanente invocación, quedó sin ser redefinida y, por lo tanto, desubicada, en tanto concepto, dentro del nuevo marco teórico que los zorros se esforzaban por construir». 
  84. Roldán, Julio (2000). Vargas Llosa, entre el mito y la realidad: posibilidades y limites de un escritor latinoamericano comprometido (Segunda edición). Tectum-Verl. pp. 203-207. ISBN 978-3-8288-8193-8. OCLC 1186960314. Consultado el 9 de octubre de 2023. 
  85. a b Rowe, William (1991). «Liberalismo y autoridad: una lectura política de Vargas Llosa». Nuevo Texto Crítico (en inglés) 4 (8): 91-100. ISSN 1940-9079. doi:10.1353/ntc.1991.0037. Consultado el 13 de octubre de 2023. «Ha sugerido Mirko Lauer que aunque asume una postura liberal, Vargas Llosa no ha respetado las reglas del juego, tanto por su parcialidad (el no dirigir su mirada crítica hacia el capitalismo, por ejemplo) como por el no haber propuesto un conjunto de principios positivos: "la esencia del liberalismo no es la denuncia, sino la formulación de los principios sociales, incluso filosóficos, capaces de sustentar esa libertad individual para todos que esta doctrina postula". [...] Ya en el 1980, [Vargas Llosa] estaba alineado con elBelaundismo y había empezado a mezclar el lenguaje del liberalismo clásico con el del neoliberalismo. La libertad había dejado abiertamente de ser un principio de limitación ética, para convertirse en instrumento de legitimación ideológica». 
  86. Morón, Betty Luz López; Torre, Miguel Angel Serpa; Vilca, Carmen Sharon Huaca; Damas, Marleni Mendoza; Sifuentes, Lucia Guadalupe Panta (2 de mayo de 2023). «El precio de la libertad: Vargas Llosa entre el autoritarismo y el liberalismo». Warisata - Revista de Educación 5 (14): 82-93. ISSN 2708-6305. doi:10.33996/warisata.v5i14.1148. Consultado el 9 de octubre de 2023. «Lo que se desprende hasta aquí, es que Vargas Llosa no cambió del marxismo al liberalismo desde la espontaneidad o producto de la “moda” intelectual, sino por el contrario, sus pensamientos se relacionaron con sus experiencias desde el otro lado, nadie pues tuvo que contarle las miserias del autoritarismo, lo había vivido en carne propia, “desde el general Manuel Odría, el dictador peruano cuyo régimen marcó indeleblemente la juventud de Vargas Llosa” (Rojas, 2015, p. 3) pasando por Velasco, Morales Bermúdez, los intentos nacionalistas de Alan García y la dictadura de Fujimori. Así, propio del intelectual peruano, este fue forjándose otra idea de superación social con lectura de grandes pensadores liberales como Fiedrich von, José Ortega, Adam Smith, Karl Popper, Isaiah Berlin, Raymond Aron, Albert Camus, entre otros, sobre lo cual, “adoptando distintos elementos de cada uno de estos autores construyó una visión liberal del mundo que le permitió refutar la visión marxista, dominante todavía en la escena intelectual europea y latinoamericana en esos años” (Escárzaga, 2002, p. 224)». 
  87. «Los falsos evangelistas peruanos del liberalismo». Diario16. 29 de abril de 2012. Archivado desde el original el 1 de mayo de 2012. Consultado el 20 de octubre de 2023. 
  88. Rico, Maite (25 de febrero de 2018). «Mario Vargas Llosa: “La corrección política es enemiga de la libertad”». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 9 de octubre de 2023. 
  89. «El libro de Mario Vargas Llosa que desde ya genera polémica». Semana.com. 3 de marzo de 2018. Consultado el 9 de octubre de 2023. «La llamada de la tribu profundiza en la divulgación de las ideas neoconservadoras, llamadas ‘liberales’ desde la década de 1980, que el propio Vargas Llosa promovió en el prólogo de otro libro polémico de 1996: Manual del perfecto idiota latinoamericano (publicado en España con el título Manual del perfecto idiota latinoamericano... y español, con un capítulo adicional y un prólogo diferente), escrito por Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y el hijo del nobel peruano Álvaro Vargas Llosa. Aquella obra produjo chispas y enfrentamientos, y puso a alinearse, a uno y otro extremo del ideario político, a los escritores e intelectuales del momento». 
  90. Garrido, Mónica (4 de mayo de 2018). «Mario Vargas Llosa: el Nobel liberal explica sus ideas de derecha». La Tercera. Consultado el 9 de octubre de 2023. «Temas como la diversidad de oportunidades, la igualdad de género y la preocupación por la defensa del medio ambiente, son aspectos que si bien hoy en día están en boga, durante el siglo XIX y principios del XX aún no se consideraban como imprescindibles. Lo que plantea Vargas Llosa es una suerte de defensa en torno a aquellos escritores de pensamiento liberal que fueron tildados de conservadores y reaccionarios». 
  91. «Critican forma en que Vargas Llosa define al liberalismo». andina.pe. 12 de marzo de 2018. Consultado el 9 de octubre de 2023. «Una visión más crítica de la prédica de Vargas Llosa la tiene Silvio Rendón, autor de La intervención de los Estados Unidos en el Perú y administrador del blog Grancomboclub. Por ejemplo, no está de acuerdo con la forma en que define al liberalismo. [...] “Tiene una bronca con un gran sector de la derecha peruana, la cual no tiene con la derecha de otros países”, aseveró. Asimismo, indicó que Vargas Llosa es, dentro del llamado liberalismo, muy conservador, con gestos progresistas reservados para el Perú». 
  92. Guzmán-Concha, César (24 de julio de 2023). «Legacies of Authoritarianism and Elite Responses to Social Unrest. The Estallidos Sociales in Peru and Chile». Sociologica (en inglés) 17 (1): 105-117. ISSN 1971-8853. doi:10.6092/issn.1971-8853/16966. Consultado el 17 de octubre de 2023. «In Peru, Fujimori also attempted to restructure the country during his long decade in power. [...] His campaign defeated the Right-wing candidate, former leftist, writer, and intellectual Mario Vargas Llosa. However, right after his victory, Fujimori approachedthe military, the Catholic Church, and a group of orthodox economists and technocrats previously related to right-wing and liberal groups, sealing a durable alliance between the threeof them (Crabtree, 2010; Tanaka, 1998). [...] Fujimori’s regime has been described as a case of "electoral authoritarianism" (Carrión,2006), or "competitive authoritarianism" (Carrión, 2006), or "competitive authoritarianism" (Levitsky & Way, 2002), combining high levels of personalism, anti-institutionalism, and heavy reliance on support from the marginalized masse». 
  93. Ilizarbe, 2020, pp. 139-140. «En su recuento de la continuidad de la democracia electoral, sorprende que Vergara ignore el golpe de Estado de Fujimori y el hecho de que es en ese contexto que se institucionaliza el neoliberalismo, así como el que dicha reforma institucional haya violentado y recortado derechos sociales adquiridos por la vía de las luchas ciudadanas, tales como los derechos laborales. [...] Aunque Vergara empieza planteando una distinción importante entre liberalismo político y neoliberalismo económico, pronto ambas categorías se confunden para afirmar sin más que la promesa del neoliberalismo se cumplió a pesar del fracaso del republicanismo, sin considerar que él mismo ha reconocido que el neoliberalismo peruano nació y creció gracias al autoritarismo fujimorista. El neoliberalismo sí tuvo un programa político que viabilizó el neoliberalismo, y ese programa, como advierte el propio Vergara, nunca tuvo aprecio por la democracia».
  94. Zegarra, Luis Felipe (2012). «¿Qué significa ser liberal?». Strategia 7 (25): 62. Consultado el 20 de octubre de 2023. «No podemos dejar de mencionar la relación de los liberales con los regímenes políticos. [...] Reconocemos que las dictaduras represen-tan un serio recorte de las libertades individuales y permiten el abuso del poder político, con todas sus secuelas, tales como corrupción, violación de derechos humanos, etc. Un liberal nunca podría estar a favor de las dictaduras, ni de las de izquierda, ni de las de derecha. Un liberal de verdad está tan lejos de Castro como de Pinochet; tan lejos de Velasco como de Fujimori». 
  95. Vargas Llosa, Alvaro (2 de mayo de 1992). «Libertad mentirosa». El Tiempo. Archivado desde el original el 20 de octubre de 2023. Consultado el 20 de octubre de 2023. 
  96. Schneider, Aaron; Zúniga-Hamlin, Rebeca (2005-09). «A Strategic Approach to Rights: Lessons from Clientelism in Rural Peru». Development Policy Review (en inglés) 23 (5): 567-584. doi:10.1111/j.1467-7679.2005.00303.x. Consultado el 19 de octubre de 2023. «Rural Peru in 2002 was a fertile place for rights practices. There was intense poverty, and the collapse of the Fujimori regime had opened up an opportunity for a host of local and international actors to experiment with new rights-based alternatives. Several intriguing patterns were observed. First, rights practices have been manipulated by clientelist patrons as a weapon to oppose incumbents. Second, at times progressive authorities advance rights using clientelist techniques». 
  97. Patriau, Enrique (31 de marzo de 2024). «Juan Carlos Tafur sobre gobierno de Dina Boluarte: “Es uno de derecha, mediocre, torpe y malo”». larepublica.pe. Consultado el 31 de marzo de 2024. «Sociológicamente, la condición para eso es la existencia de una gran clase media, que creció hasta el segundo gobierno de Alan García y luego ha ido desapareciendo. No es casual que eso coincida con la desaparición de una opción liberal. Sume la polarización mundial por la crisis del matrimonio entre el capitalismo competitivo y la democracia representativa. Eso pasa en los países más desarrollados, con mayor razón en el Perú». 
  98. Rojas Suárez, Christian Moisés (1 de julio de 2018). «Afiliación de jóvenes peruanos en partidos políticos en un contexto de desafección: el capital político en perspectica comparada». En Manuel, Alcántara; Mercedes, García Montero; Francisco, Sánchez López, eds. Estudios políticos: Memoria del 56.º Congreso Internacional de Americanistas. Estudios políticos. Ediciones Universidad de Salamanca. pp. 760-770. ISBN 978-84-9012-924-1. doi:10.14201/0AQ0251_11. Consultado el 20 de octubre de 2023. «Aquel proceso de construcción de marca política los lleva a construir una ideología vinculada al centro político, espacio en el que todos los entrevistados se reconocen, aunque algunos además agreguen que se consideran liberales o progresistas. A ello se suma la apropiación del republicanismo, compartido por la mayoría de entrevistado». 
  99. «Bancada Liberal aceptará nuevos integrantes bajo ciertas condiciones». Peru.com. 5 de enero de 2019. Consultado el 9 de octubre de 2023. 
  100. Patriau, Enrique (24 de octubre de 2019). «Partido Morado conversa con exlegisladores liberales». larepublica.pe. Consultado el 9 de octubre de 2023. 
  101. «Julio Guzmán afirmó que su partido tiene "muchas coincidencias ideológicas con la bancada Liberal"». RPP Noticias. 27 de octubre de 2019. Consultado el 9 de octubre de 2023. «“La renovación política no es solo acerca de la edad. La renovación política es sobre las actitudes y comportamientos”, dijo Guzmán. Además, agregó que “para nadie es un secreto que el Partido Morado tiene muchas coincidencias ideológicas con la bancada Liberal”». 
  102. Palacios, Pamela (26 de diciembre de 2020). «Morados apuestan por la diversidad en su lista al Congreso». larepublica.pe. Consultado el 6 de junio de 2024. 
  103. Ugalde, Ivia (16 de noviembre de 2020). «Un liberal, nuevo presidente de Perú para desatascar la crisis política». El Correo. Consultado el 11 de octubre de 2023. 
  104. «Partidos ‘Lo Justo’ y ‘Primero la gente’ se unen de cara a las elecciones 2026». Peru21. 17 de junio de 2024. Consultado el 18 de junio de 2024. «El comunicado destacó que la unión de los dos partidos integra a personas “que se ubican ideológicamente en la centro progresista como también en el centro liberal, pero que entienden el centro como un método para ponerse de acuerdo en prioridades país”». 
  105. Viguria, Carlos (30 de junio de 2024). «La alianza caviar que se traga sapos (en silencio)». La Encerrona. Consultado el 2 de septiembre de 2024. 

Bibliografía

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