Batalla de Kahlenberg
El Segundo Sitio de Viena, acontecido en 1683, marcó el comienzo del declive del Imperio Otomano en Europa. Lo inició el gran visir Kara Mustafá, que necesitaba desesperadamente un éxito militar para reforzar su posición inestable. Esperó lograrlo en una campaña contra el emperador Leopoldo I, que estaba distraído con las amenazas de Luis XIV de Francia. Los turcos, avanzando con una fuerza abrumadora, habían reunido al mayor ejército otomano desde los tiempos de Saladino. Sitiaron la ciudad el 16 de julio, pero su falta de artillería de asedio y la feroz resistencia de la ciudad permitió a Leopoldo pedir al Papa reunir un ejército. Y así fue, el Papa llamó a una cruzada, ésta vez para defender una ciudad cristiana, Viena. A la llamada acudieron todos los países cristianos de europa (excepto el propio rey de Francia, al que llamaron "el rey Moro"), bien con tropas, o solo con aportación monetaria (como hizo España). No obstante, la mayor ayudan lo hicieron los alemanes y los polacos, en ayuda de tropas austríacas. Derrotaron al ejército turco en una batalla librada delante de los muros de la ciudad el 12 de septiembre lo que también se conoció como Batalla de Kahlenberg.
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