Diferencia entre revisiones de «Torrelodones»
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Revisión del 03:47 1 oct 2007
Plantilla:Infobox ciudad España Torrelodones es un municipio de la Comunidad de Madrid, España, situado al noroeste de la región, a unos treinta kilómetros de Madrid. Por su enclave a caballo entre la sierra y el área de influencia de la capital, se le vincula tanto con la comarca de la Sierra del Guadarrama como con la corona metropolitana de Madrid.
Torrelodones se encuentra a una altitud de 844 m sobre el nivel del mar. Linda con los municipios de Galapagar (al oeste), Hoyo de Manzanares (al norte), Las Rozas de Madrid (al sur) y Madrid (al este), a través del Monte de El Pardo.
El pueblo, que posee un interesante patrimonio artístico y natural, forma parte de dos rutas turísticas de la Comunidad de Madrid. Por su vinculación con el camino real hacia el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, es uno de los puntos de destino de la Ruta Imperial.[1] También está incluido en la Ruta por los Castillos, Fortalezas y Atalayas, por su torre-vigía.[2] En lo que respecta a sus valores medioambientales, es, junto con Galapagar, el único municipio de la Comunidad de Madrid integrado dentro de dos parques regionales: el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y el Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama y su entorno. En su término se encuentra el Casino Gran Madrid.
Origen del nombre
El pueblo era conocido antiguamente como Torre de Lodones, expresión que fue derivando, por economía de la lengua, en Torrelodones. El nombre proviene, por un lado, de la torre musulmana que domina la parte más vieja de la localidad, desde lo alto de un pequeño cerro, y, por otro, del árbol conocido como lodón (almez o lotonero), que abundaba en la zona. La atalaya formaba parte de un sistema defensivo durante el periodo andalusí, con la que la población musulmana intentaba frenar el avance de los reinos cristianos.[3]
Esta teoría, fruto de las investigaciones del historiador José de Vicente Muñoz, que fuera Cronista Oficial y Honorífico de la Villa, se ha impuesto oficialmente. Se pone fin, de esta forma, a la leyenda que asimilaba el término lodón con un apellido y que aseguraba que, en la torre (que formaba parte de un viejo castillo, según la tradición), aparecerieron colgados los hermanos Lodón (los Lodones), asesinados por los habitantes del pueblo, hartos de sus tropelías y violaciones.
Bandera y escudo
- Escudo. Los dos elementos que dan origen al nombre del pueblo —torre y árbol— aparecen en el Escudo Heráldico Municipal de Torrelodones, que se completa con una banda de oro engolada en dragantes de dicho metal sobre fondo azul, en referencia al blasón de la Casa de Mendoza o del Infantado, a la que la villa estuvo vinculada hasta prácticamente el siglo XIX. El escudo, que está presidido por una corona real cerrada, se aprobó en 1979 (Real Decreto 3.086/1979, de 17 de diciembre), a iniciativa de José de Vicente Muñoz.
- Bandera. Presenta dos colores dominantes (el azur —azul— y el oro —amarillo—) y se dispone diagonalmente. Su diseño prescinde de elementos historicistas, más allá del blasón municipal —que figura en el centro—, y recurre al simbolismo de los colores, asociados a virtudes humanas como el amor, la justicia o la nobleza. Fue aprobada por la Comunidad de Madrid el 12 de febrero de 1992.
Datos de interés
- Población y superficie. En el año 2006 Torrelodones contaba con 19.843 habitantes, con una densidad de 944,9 hab/km². Su extensión es de 21 km², superficie que lo convierte en uno de los términos municipales más pequeños de la comunidad autónoma (la extensión media de los municipios madrileños es de 44,8 km²). Representa la 365 ava parte de la región y la 22.528 ava de España.
- Comarcalización. La Comunidad de Madrid carece de comarcas con valor administrativo. Existen diferentes clasificaciones territoriales, elaboradas por distintos organismos públicos, donde se incluye a Torrelodones bien en la comarca de la Sierra de Guadarrama, bien dentro del área metropolitana de Madrid. En otras comarcalizaciones, sobre todo las que se utilizan a efectos económicos, el pueblo aparece vinculado a localidades de la zona noroeste, con las que Torrelodones presenta pocos nexos, más allá de compartir niveles socioeconómicos similares. Es el caso de Boadilla del Monte, Brunete, Majadahonda, Pozuelo de Alarcón, Villanueva de la Cañada y Villaviciosa de Odón.
- Principales núcleos. Sus principales núcleos de población son Torrelodones-Pueblo, donde se ubica el casco histórico, Torrelodones-Colonia, que surge en el siglo XIX como colonia veraniega, alrededor de la estación de tren, y Los Peñascales. Otros núcleos menores son Las Marías, La Berzosilla y Los Robles, entre otros.
- Cómo llegar. La autopista A6 (Autovía del Noroeste, Madrid-La Coruña), que atraviesa el municipio, presenta dos salidas en los puntos kilométricos 29 (Torrelodones) y 33 (Estación de Torrelodones). Esta vía comunica el pueblo, además de con Madrid, con los municipios de Las Rozas de Madrid y Collado Villalba. Para acceder a las localidades limítrofes de Galapagar y Hoyo de Manzanares, existen dos carreteras comarcales, la M-519 y la M-618, respectivamente. Hay una tercera carretera comarcal, que enlaza Torrelodones con El Pardo, pero se encuentra cortada a la altura de la Puerta del Hito, como medida de protección del Monte de El Pardo. En lo que respecta al transporte público, se encuentran operativas varias líneas regulares de autobuses, explotadas por las empresas Julián de Castro y Larrea, que comunican el pueblo con Madrid (intercambiador de Moncloa) y las localidades vecinas. Asimismo, Torrelodones cuenta con un servicio de autobuses interno, que comunica los diferentes núcleos de población. La localidad dispone también de una estación de tren (el ferrocarril Madrid-Ávila-Segovia) y disfruta de una amplia frecuencia de trenes a través de las líneas de Cercanías C-8 (Villalba-Chamartín-Atocha-Guadalajara) y C-10 (Villalba-Príncipe Pío-Tres Cantos).
- Medio físico. Pueblo cruzado por una falla geológica (a la que da nombre, Falla de Torrelodones), que separa la llanura arenosa de la población vecina, Las Rozas, de la formación granítica sobre la que Torrelodones se asienta.[4] Es considerado por ello el primer pueblo de la Sierra de Guadarrama, siguiendo el camino de la Carretera de La Coruña, desde Madrid. Su relieve es bastante accidentado: el término desciende desde una altitud máxima de 1.011 metros (Canto del Pico, cerca de la linde con Hoyo de Manzanares) hasta los 675 metros de la Presa de El Gasco, la mínima altura. El río Guadarrama discurre en el límite con Galapagar, a la altura del monte de El Gasco, y a él vierten sus aguas la mayoría de los arroyos que surcan el término (entre ellos, el de La Nava y el de La Torre). El más largo de todos ellos, el Arroyo de Trofa, desemboca en el río Manzanares, después de atravesar Los Peñascales y el Monte de El Pardo.
Historia
Hasta el siglo XV
Aunque en 2006 el Ayuntamiento ha conmemorado el octavo centenario de Torrelodones, no es posible determinar su origen exacto, que, incluso, va más allá del siglo XIII que marca la celebración.[5] Los vestigios más remotos encontrados en el término municipal —las pinturas rupestres del Canto de la Cueva— parecen informar de cierta actividad humana durante la Prehistoria. Sin embargo, sólo cabe hablar de un asentamiento estable a partir del siglo VIII, con los beréberes, surgido posiblemente como un poblado pastoril.
A mediados del siglo IX, la población musulmana construye una serie de torres-vigía en diferentes puntos estratégicos de la sierra madrileña, integradas dentro de un sistema defensivo jerarquizado, con tres fortalezas principales: Mayrit (Madrid), Talamanca de Jarama y Qal'-at'-Abd-Al-Salam (Alcalá de Henares). La Atalaya de Torrelodones se erige sobre un montículo, cercano al pequeño caserío berébere.
Con la conquista de Toledo por parte de los cristianos, ya en el siglo XI, Torrelodones pasa a formar parte de la Corona de Castilla, en medio de reiterados pleitos entre segovianos y madrileños por hacerse con el control de las tierras de la Sierra de Guadarrama.
Torrelodones perteneció al Real de Manzanares, territorio al amparo del rey, que estuvo formado por una villa principal, Manzanares (en la actualidad Manzanares el Real), y los siguientes lugares: Alpedrete, El Boalo, Becerril de la Sierra, Cercedilla, Chozas (ahora Soto del Real), Colmenarejo, Colmenar Viejo, Collado Mediano, Collado Villalba, Galapagar (incluyendo Navalquejigo, Villanueva del Pardillo y Torrelodones), Guadalix de la Sierra, Guadarrama, Hoyo de Manzanares, Mataelpino y Los Molinos.
Siglos XVI a XVIII
Con una población de apenas 20 vecinos en aquellos tiempos, sustentada en actividades agrícolas, ganaderas y de caza, Torrelodones apenas tenía influencia dentro del Real de Manzanares. El pueblo empieza a cobrar protagonismo en el siglo XVI, gracias a la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, hito que lo convierte en un lugar de paso y parada usual de la Corte. No en vano el pueblo se encontraba a una distancia de cinco leguas de Madrid, trecho que se recorría normalmente en una jornada. Por esta razón, se le concedió el Privilegio de las Cinco Leguas en el año 1630, por orden de Felipe IV.
El rey Felipe II, promotor del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, se aposentaba regularmente en el pueblo, en concreto en la posada de Francisco de Baños, e incluso ordenó la construcción de una nueva (el Real Aposento de Torrelodones), más cómoda y dotada de cocheras, de la que sólo se conservan los cimientos. En esta época también se construyó la Fuente de El Caño y se impulsaron obras de acondicionamiento en el Camino de Valladolid, el que seguía el monarca hacia San Lorenzo de El Escorial, entre las que destacan algunos puentes sobre el río Guadarrama, cercanos al pueblo.
La hostelería se convirtió así en la principal actividad económica del pueblo. Fueron famosos sus mesones y posadas, que, tal vez, se encuentren en el origen de los dichos Torre de ladrones y Torrelodones, cuarenta vecinos y cincuenta ladrones, con los que, aún hoy, muchos se refieren a la localidad.
Los siglos posteriores vuelven a confirmar la importancia de Torrelodones como lugar de paso, dado su enclave estratégico. En 1710 el rey Felipe V y su Corte visitaron el pueblo camino de Valladolid y en 1808 Napoleón hizo lo propio, en dirección a Madrid, acompañado de una tropa de 60.000 hombres. Mucho antes de la visita napoleónica, en 1728, Torrelodones había recibido el Privilegio de Villazgo, por orden del rey Felipe V. Por entonces, el caserío se había extendido hasta integrar dos barrios, el de Arriba y el de Abajo, articulados alrededor de una única y ancha vía, la calle Real.
Siglos XIX y XX
En el siglo XIX y buena parte del siglo XX, el caserío primitivo cede su protagonismo a un nuevo núcleo urbano, denominado Torrelodones-Colonia, que surge alrededor del apeadero de tren, inaugurado en 1864, a varios kilómetros del casco histórico. El nuevo barrio crece rápidamente y prueba de su importancia es que es objeto de varias visitas reales. En 1876 acude el rey Alfonso XII y, años más tarde, la infanta Isabel de Borbón y Borbón La Chata manda detener el tren para saludar al torero Salvador Sánchez Frascuelo, que vive en el lugar desde 1890. La compra de terrenos por parte de Andrés Vergara y su esposa, Rosario Manzaneque, supone, años después, un impulso definitivo para el nuevo núcleo residencial. A modo de benefactores, el matrimonio promueve un desarrollo urbanístico en cuadrícula y dota a la nueva población de casa-cuartel, telégrafos, farmacia, iglesia e, incluso, teatro.
A principios del siglo XX, el crecimiento urbanístico se traslada también al núcleo primitivo, Torrelodones-Pueblo, y se construyen mansiones monumentales como el Canto del Pico, al tiempo que florecen nuevos núcleos, como el Barrio Vasco y Los Peñascales, este último a varios kilómetros del casco histórico. A partir de la década de los setenta, Torrelodones participa del boom inmobiliario que afecta a toda la Sierra de Guadarrama, con construcciones masivas de bloques de pisos y chalets adosados.
La apertura del Casino Gran Madrid en 1981 supone un hito en la historia de Torrelodones.[6] Tras varias pugnas con otros municipios, la localidad madrileña es elegida para albergar el primer casino de juego de la región, en un proceso que se extiende durante dos años (1978-1980) y en el que resulta decisiva la actuación de Serapio Calvo Miguel, por entonces alcalde del municipio.
A partir de los años ochenta, el nombre de Torrelodones se vincula directamente con el de este establecimiento. La localidad pasa a ser conocida como el pueblo del casino, al tiempo que el propio casino de juego es designado popularmente como el Casino de Torrelodones.
Demografía
Torrelodones cuenta con cerca de 20.000 habitantes (19.843 en 2006, según el INE). Su densidad de población es de 944,9 hab/km², dato superior al del conjunto de la región (755,65 hab/km²), así como al del total nacional (89,40 hab/km²).
La población estable de Torrelodones ha sido históricamente muy reducida. No cabe afirmar lo mismo en referencia a su población flotante, que siempre ha sido muy elevada. Convertido en un lugar de paso entre los siglos XVI y XIX, el pueblo acogía a los numerosos viajeros que seguían el Camino de Valladolid. Baste un dato: en 1751 había apenas 46 casas y nada menos que 14 mesones y 2 bodegas, esto es, una proporción de un establecimiento hostelero por casi tres casas (el número de vecinos rondaba los 60).
En el siglo XIX y buena parte del siglo XX, Torrelodones se convirtió en un núcleo vacacional de primer orden y el pueblo multiplicaba por diez su número de habitantes cuando comenzaba el verano. A finales de los años setenta, por ejemplo, la densidad de población era de 115 habitantes por kilómetro cuadrados en invierno y de 802 en verano. En las dos últimas décadas del siglo XX, se produce un fuerte crecimiento demográfico: el pueblo integra, como vecinos habituales, a los antiguos veraneantes y a miles de madrileños, que trasladan su residencia desde Madrid, al compás del boom inmobiliario.
A lo largo de todo el siglo XX, la población se ha incrementado a un ritmo muy intenso: en 1920 había 652 habitantes, en 1940 los vecinos se cifraban en 1.275, en 1970 en 1.845, en 1976 en 2.176 y en 1977 en 2.531. En los ochenta, noventa y primeros años del siglo XXI, la población se dispara vertiginosamente, tal y como muestra el siguiente gráfico:
1996 | 1998 | 1999 | 2000 | 2001 | 2002 | 2003 | 2004 | 2005 | 2006 |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
10.743 | 11.100 | 12.342 | 13.467 | 14.717 | 15.916 | 17.694 | 18.228 | 19.399 | 19.843 |
Economía
Distribución sectorial
A pesar de su pasado agrícola, ganadero e, incluso, minero, la economía de Torrelodones apenas se apoya, en la actualidad, en el sector primario. La industria de la construcción y los servicios constituyen las principales fuentes económicas de la localidad, tal y como ocurre en otros muchos municipios de su entorno.
El Producto Interior Bruto Municipal de Torrelodones se distribuye sectorialmente en los siguientes términos: un 90,03% para los servicios, un 9,69% para la industria y apenas un 0,28% para la agricultura y ganadería (datos correspondientes al año 2004).[7] Esta distribución sectorial es muy similar a la de los pueblos del noroeste madrileño, si bien Torrelodones se desvía al alza en el sector servicios. En esta zona —integrada, además de por Torrelodones, por Boadilla del Monte, Brunete, Collado Villalba, Galapagar, Hoyo de Manzanares, Las Rozas de Madrid, Majadahonda, Pozuelo de Alarcón, Villanueva de la Cañada y Villaviciosa de Odón—, los servicios representan un 83,3%, esto es, siete puntos menos que en Torrelodones. En relación con el conjunto de la región (un 76,01%), las diferencias son aún mayores.
Renta per cápita
Torrelodones es uno de los pueblos con mayor renta per cápita de la Comunidad de Madrid. En el año 2004, se situó en el quinto puesto en el ranking regional, con 19.753 euros, por detrás de Pozuelo de Alarcón (22.846), Las Rozas de Madrid (20.631), Majadahonda (20.353) y Boadilla del Monte (19.901). Se coloca por encima de la media de la zona noroeste (18.919) y del conjunto de la provincia (13.755 euros en el citado año). Esta posición se explica por su ubicación en una zona de carácter residencial, poblada por clases acomodadas.
Los habitantes de Torrelodones trabajan, en su mayor parte, en el área metropolitana de Madrid (capital, incluida). Los que no, desempeñan preferentemente labores de hostelería e inmobiliarias en el propio pueblo, a través de PYMES.
El municipio carece de polígonos industriales. Su reducida superficie (21 km²) y la inclusión de buena parte de su término dentro de dos Parques Regionales han actuado como barreras para la instalación de grandes empresas. Aún así, en Torrelodones se encuentra el Casino Gran Madrid, en el que trabaja un buen número de torrelodonenses. Se trata de la principal empresa radicada en la localidad, alrededor de la cual se ha configurado un área comercial y de ocio, que integra dos centros comerciales (Verdecora y Espacio Torrelodones).[8]
Monumentos y lugares de interés
- Atalaya de Torrelodones. Construida en el siglo IX, formaba parte de un grupo de atalayas defensivas. La construcción actual está restaurada y presenta transformaciones. Fue declarada monumento histórico-artístico en 1983.
- Canto del Pico. Palacio de principios del siglo XX, de tumultuosa historia, declarado monumento histórico-artístico en 1930. Está situado en el punto más alto del municipio, a más de 1.000 metros de altitud. En él murió el político y estadista Antonio Maura.
- Puente de la Alcanzorla. La tradición le atribuye un origen romano, pero su construcción es muy posterior, del año 1236. Cruza el río Guadarrama a la altura del paraje conocido como Las Minas.
- Puente Nuevo. De estilo herreriano y mandado construir por Felipe II en el año 1583. Está situado sobre el río Guadarrama y formaba parte de la ruta que seguía el monarca en sus desplazamientos al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, camino promocionado turísticamente en la actualidad bajo el nombre de Ruta Imperial. Tanto el Puente Nuevo como el Puente de la Alcanzorla se encuentran en el vecino término municipal de Galapagar, pero mucho más próximos al caserío de Torrelodones, desde donde se accede.
- Fuente de El Caño. Data del siglo XVI. Las frecuentes visitas del rey Felipe II animaron al Ayuntamiento de Torrelodones a reemplazar la vieja fuente del pueblo por otra más ornamental. La obra se acometió en 1591 y fue realizada por el vallisoletano Gaspar Rodríguez, que trabajaba en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, y Juan Aguado, vecino de Galapagar. Esta fuente monumental luce en su frontispicio el escudo de la Casa Ducal del Infantado y de los Condes del Real de Manzanares, señores de Torrelodones hasta el siglo XIX. En el siglo XX, la fuente cambió de emplazamiento (a una céntrica plaza del pueblo) y fue rematada con un sillar semicircular, diseñado por el pintor Manuel López-Villaseñor.
- Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. Existen dudas sobre el siglo de su construcción, que algunos historiadores sitúan en el XVII (por la inscripción que aparece en el campanario, fechada en 1696) y otros en el XVI (por la aparición de unas lápidas, anteriores a ese año, durante unas obras de reforma en 1988). Su aspecto actual presenta muchas transformaciones con respecto al edificio primitivo, ya que fue reformada rústicamente en el siglo XX. En estas obras, se le añadió un atrio, se cambió la cubierta, se eliminó la entrada de Poniente (situada en la base del campanario), se le incorporaron vidrieras y se levantó una construcción anexa con tejadillo en la espadaña del campanario. Se trata de una iglesia de una sola nave, realizada en mampostería de piedra berroqueña, con ábside poligonal y, en su momento, un retablo de estilo churrigueresco, del que sólo se conservan dos columnas salomónicas.
- Otras iglesias. Además de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, el municipio cuenta con otras tres, de menor valor artístico, construidas en el siglo XX. San Ignacio de Loyola y Nuestra Señora del Carmen están situadas en Torrelodones-Colonia. En la primera están enterrados Andrés Vergara y su esposa, Rosario Manzaneque, benefactores del lugar durante el siglo XIX. La segunda es una construcción moderna, muy original, cuyo altar se encuentra presidido por una talla de la Virgen, obra del escultor Vicent. En Los Peñascales, se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, con torre separada.
- Presa de El Gasco. Obra de ingeniería del siglo XVIII del ingeniero Carlos Lemaur, situada sobre el río Guadarrama, donde confluyen los términos municipales de Torrelodones, Galapagar y Las Rozas de Madrid. Fue uno de los proyectos con el que la Corte española pretendió hacer navegable el río Tajo. Concebida para 93 metros de altura, en lo que hubiera sido la presa más alta del mundo en aquel momento, una tormenta derrumbó parte del muro frontal en el año 1799, cuando ya se habían construidos 53 metros. El proyecto fue abandonado y hoy se conserva un enorme lienzo de granito.
- Pinturas rupestres. Descubiertas a finales del siglo XX. Están situadas en una oquedad del Canto de la Cueva, cerca del Canto del Pico. Se encuentran en un lamentable estado de conservación, después de varios años de vandalismo y expolio, sin apenas medidas de protección por parte de las autoridades.
- Mansiones y palacetes de comienzos del siglo XX. Desde el siglo XIX Torrelodones se ha destacado como un importante y exclusivo núcleo residencial, al que acudían presidentes de Gobierno, jefes de Estado, artistas, periodistas, aristócratas o toreros. Así lo atestiguan las residencias y palacetes de principios del siglo XX que aún se conservan, algunos de ellos protegidos oficialmente. Fincas como Panarras (propiedad del político Manuel García Prieto), Las Encinas (donde vivió el torero Antoñete), Santa Teresa (residencia del escritor Ricardo León), El Pendolero (propiedad del estadista Antonio Maura y donde Carlos Saura rodó la película Mamá cumple cien años) o la ya citada Canto del Pico (uno de sus propietarios fue Francisco Franco) dan cuenta de su antiguo esplendor arquitectónico. Los pequeños chalets y los bloques de pisos han sustituido en la actualidad a aquellas mansiones.
- Caseta de la estación de tren. Se trata de una estructura metálica, que forma parte de un número sin determinar de casetas iguales, encargadas por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, en el último tercio del siglo XIX. Su función era albergar los mandos de paso a nivel y enclavamiento. Tras la reforma de la estación en los años noventa, la caseta ferroviaria de Torrelodones fue restaurada y hoy se exhibe en el Museo del Ferrocarril, instalado en la Estación de Delicias, de Madrid. En su nuevo emplazamiento, sirve de hangar a un tren de miniatura denominado Ferrocarril de las Delicias.[9]
- Espacios naturales. Torrelodones es, junto con Galapagar, el único municipio de la Comunidad de Madrid cuyo término se encuentra incluido dentro de dos parques regionales. El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares protege algunas áreas de su término en su linde con Hoyo de Manzanares y Madrid (a través del Monte de El Pardo). El Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama y su entorno hace lo propio en las zonas limítrofes con Las Rozas y Galapagar. A pesar de este nivel de protección, la presión urbanística constituye una seria amenaza para su patrimonio natural.
- Cantos. El suelo granítico sobre el que se asienta Torrelodones ha dado lugar a formaciones rocosas de gran singularidad, algunas de dimensiones considerables y configuraciones caprichosas, que se concentran principalmente entre el casco histórico y la linde con Hoyo de Manzanares. El pueblo las ha dado en llamar cantos. El más famoso de todos ellos, El Dedo Gordo (con forma de pulgar), fue destruido cuando se realizó la autopista A6 (hoy se exhibe una réplica en el centro de una rotonda). Aún siguen en pie el Canto del Pico (con forma de pico de ave), que da nombre al palacio que mandó construir el conde de las Almenas y a toda la montaña que preside; y el Canto de la Cueva, uno de los cantos más grandes, donde se descubrieron las pinturas rupestres. Muchas de estas formaciones rocosas sirven de lugar de aprendizaje e iniciación a los aficionados de la escalada libre.
Personas célebres vinculadas con Torrelodones
En uno de sus estudios sobre la villa, el historiador José de Vicente Muñoz enumera los personajes históricos y culturales vinculados, por alguna que otra razón, con Torrelodones. A continuación se resume esta investigación, por orden cronológico, con algunas actualizaciones y ampliaciones:
- Alfonso XI (1311-1350). En el libro La montería, escrito hacia 1325, cuando el monarca cumple la mayoría de edad, éste relata una cacería de osos en la Torre de Lodones, como se conocía antiguamente a la villa.
- Juana la Loca (1479-1555). En el año 1514, la reina castellana aprueba una cédula real por la cual se conceden las minas del pueblo a Diego Hurtado de Mendoza, tercer Duque del Infantado, señor del Real de Manzanares, al que perteneció Torrelodones.
- Felipe II (1527-1598). A finales del siglo XVI, el monarca se aloja habitualmente en el mesón propiedad de Francisco de Baños, que estaba situado en pleno centro del pueblo. En el año 1589, ordena la construcción del Real Aposento de Torrelodones, mediante una cédula real.
- Juan de Herrera (1530-1597). En el año 1589, el arquitecto se hace cargo de la construcción del Real Aposento de Torrelodones, en lo que constituye su última obra en vida. El edificio se levanta sobre la calle Real (en la actualidad, sólo se conservan los cimientos).
- Enrique Cock (segunda mitad del siglo XVI). Humanista holandés, acompaña a Felipe II en una de sus visitas a Torrelodones. El viaje le inspira un escrito en el que describe la localidad, sus mesones y sus gentes.
- Luis de Góngora (1561-1627). El poeta del siglo de Oro relata, en un romance, una bacanal en uno de los mesones de Torrelodones.
- Felipe III (1578-1621). En el año 1598, al morir su padre —Felipe II—, el monarca pasa una noche en Torrelodones, camino a Madrid, donde iba a ser coronado.
- Conde-Duque de Olivares (1587-1645). En 1643, camino del destierro a Toro, descansa en el pueblo, donde recibe a su hijo y a algunos nobles.
- Cosme III de Médici (1642-1723). En el año 1668, mientras descansa en Torrelodones con su séquito, ordena a su dibujante, Pier Maria Balde, que haga un dibujo de la villa, que éste titula, confundiendo el nombre, Torre de los Oydores.
- Fernando Fernández de Córdoba (1809-1883), marqués de Mendigorría. En el año 1825, en su libro Memorias íntimas, el militar relata cómo se ve obligado a agredir al alcalde de Torrelodones, por la resistencia que ponía al alojamiento de sus tropas.
- Juan Antonio de Zaratiegui (1804-1872). En 1837 establece el puesto de mando en Torrelodones y, desde aquí, dirige la Batalla de Las Rozas, durante las Guerras Carlistas.
- Espartero (1793-1879). En 1837, después de la retirada de Zariategui, Espartero llega a Torrelodones, donde se reúne con las tropas, al parecer, en la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.
- Manuel García Prieto (1859-1938), marqués de Alhucemas. Propietario de la finca Panarras, el Jefe de Gobierno decide segregar su propiedad de Las Rozas de Madrid para incorporarla a Torrelodones.
- Antonio Maura (1853-1925). Propietario de la finca El Pendolero, muere en el Palacio del Canto del Pico, de una hemorragia cerebral, cuando bajaba una escalera para terminar un cuadro que pintaba desde la terraza.
- Gregorio Marañón (1887-1960). El endocrinólogo y pensador cita a Torrelodones en su obra El Conde-Duque de Olivares, la pasión de mandar (1936).
- General Miaja (1878-1958), Indalecio Prieto (1883-1962). En 1937 dirigen la Batalla de Brunete, desde el Palacio del Canto del Pico.
- Francisco Franco (1892-1975). En el año 1940, recibe la propiedad del Palacio del Canto del Pico, donde se refugia en situaciones de alerta de atentados. También utiliza la finca como lugar de recreo y llega a montar un pequeña granja de ovejas, gallinas y abejas, en colaboración con el guarda.
- Aureliano de Beruete (1845-1912). El pintor plasma en algunos de sus lienzos el paisaje de Torrelodones.
- Ricardo León (1887-1943). El escritor muere en su finca Santa Teresa, en Torrelodones-Colonia, a la que calificaba como su pequeño Escorial.
- Joaquín Rodrigo (1901-1999). El músico compone algunas de sus obras (Heroico, Concierto de estío, Madrigal...) en Torrelodones.
- Rafael Botí (1900-1995). Pintor y vecino de Torrelodones, plasma en varios cuadros el paisaje de la localidad.
- Juan Van-Halen (1944). Poeta y político, nace en Torrelodones en el citado año.
- Antonio Chenel Antoñete (1932). El torero reside en la finca Las Encinas, en Torrelodones-Colonia, en los años setenta.
- Pedro Carrasco (1943-2001), Urtain (1943-1992), José Legrá (1943). Torrelodones se convierte en los años setenta en un centro de entrenamiento de boxeo. En el gimnasio del Hotel Peñagrande (Torrelodones-Colonia), entrenan habitualmente los citados boxeadores, entre otros.
- Carlos Saura (1932). El director de cine rueda en Torrelodones, en la finca El Pendolero, Ana y los lobos (1972), y su continuación, Mamá cumple cien años (1979).
- Víctor Manuel (1947), Ana Belén (1951). Cantantes. En su casa de Torrelodones estalla una bomba, colocada por un grupo terrorista de extrema derecha, en el año 1976.[10]
- Santiago Carrillo (1915), Dolores Ibárruri La Pasionaria (1895-1989). Ambos dirigentes del Partido Comunista de España, entre otros, celebran una multitudinaria concentración en el paraje de Los Llanos, a la que acudieron alrededor de 300.000 personas (16 de junio de 1977). Fue la primera Fiesta del PCE celebrada tras la restauración de la democracia.[11]
- Manuel López-Villaseñor (1924-1996). Pintor hiperrealista,elige Torrelodones como lugar de residencia, donde vive desde 1970. Muere en la localidad en 1996, después de desarrollar una intensa actividad municipal.[12]
- Joaquín Sabina (1949). En 1999, el cantante compone la canción 19 días y 500 noches, en la que cita a Torrelodones (y, más en concreto, a su casino). En una de sus estrofas, dice: (...)y fui, tan torero, por los callejones del juego y el vino, que, ayer, el portero, me echó del casino de Torrelodones.
- Rocío Dúrcal (1944-2006). La actriz y cantante muere en su casa de La Berzosilla, uno de los núcleos de población de Torrelodones, el 25 de marzo de 2006.[13]
Referencias
- ↑ Descripción de la Ruta Imperial de la Comunidad de Madrid, de carácter turístico
- ↑ Descripción de la Ruta por los Castillos, Fortalezas y Atalayas de la Comunidad de Madrid, de carácter turístico
- ↑ Descripción, historia y galería fotográfica de la atalaya de Torrelodones
- ↑ Plantilla:Ref-internet
- ↑ Plantilla:Ref-internet
- ↑ Web oficial del Casino Gran Madrid
- ↑ Macromagnitudes y condición socioeconómica de Torrelodones
- ↑ Plantilla:Ref-internet
- ↑ Emplazamiento de la caseta de la estación de tren de Torrelodones en el Museo del Ferrocarril de Madrid
- ↑ Una bomba estalla en la casa de Torrelodones de Víctor Manuel y Ana Belén
- ↑ Plantilla:Ref-internet
- ↑ Biografía de Manuel López Villaseñor, vecino de Torrelodones
- ↑ La cantante Rocío Dúrcal fallece en Torrelodones
Bibliografía
- De Vicente Muñoz, José de Vicente (1980) Escudo, geografía e historia de Torrelodones. Diputación Provincial de Madrid. ISBN 84-500-3846-4
Véase también
Geografía y turismo de Torrelodones
- Arroyo de Trofa
- Atalaya de Torrelodones
- Canto del Pico
- Casino Gran Madrid
- Estación de Torrelodones
- Falla de Torrelodones
- Los Peñascales
- Presa de El Gasco
Biografías
Comunidad de Madrid
- Comunidad de Madrid
- Historia de la Comunidad de Madrid
- Lista de municipios de Madrid
- Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares
- Parque Regional del curso medio del rio Guadarrama y su entorno
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Torrelodones.