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Remiro de Goñi

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Remiro de Goñi
Información personal
Nacimiento 1481 Ver y modificar los datos en Wikidata
Peralta (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 13 de agosto de 1554jul. Ver y modificar los datos en Wikidata
Muniáin de la Solana (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Sacerdote, canónigo, canonista y escritor Ver y modificar los datos en Wikidata

Remiro de Goñi Peralta (Peralta, 1481-Muniáin de la Solana, 13 de agosto de 1554) fue un clérigo, canonista y consejero real de los últimos reyes de Navarra.

Biografía

Era hijo de Martín de Goñi, señor de Tirapu y Liberri, casado con María de Gúrpide.

Remiro obtuvo el título de bachiller en ambos Derechos por la Universidad de Cahors en 1502. En 1503 fue nombrado beneficiado de Salinas de Oro y en 1505 de Peralta, localidades en las que su padre tenía palacio. En 1509 la reina Catalina I de Navarra lo nombra miembro de su Consejo Real de Navarra y ordinario de su casa. A finales de dicho año se doctoró en ambos Derechos en la Universidad de Toulouse. En 1510 tomó posesión de la dignidad de tesorero del Cabildo catedralicio de Pamplona y fue ordenado de las cuatro menores y de subdiácono.

Desde mediados del siglo xv, Navarra estaba dividida en dos facciones: la beamontesa y la agramontesa.

El conflicto afectaba a todos los ámbitos y se reproducía en las más importantes instituciones. Fue Remiro un activo clérigo agramontés. Tras la conquista del reino por los castellanos (1512) permaneció como miembro del Consejo Real. Fue vicario del cardenal Amaneo de Labrit desde 1518. En 1520 y en ausencia de los más caracterizados canónigos beamonteses, el Cabildo lo eligió obispo de Pamplona. A su juicio era “persona de antiguo y claro linaje, de buena y sana conciencia, muy amado y querido de todo el reino, ilustrado y dotado de todas las gracias, cualidades y virtudes”. Pero los acontecimientos se precipitaron.

Los partidarios de don Juan y doña Catalina entraron en el reino apoyados por tropas francesas.

Remiro de Goñi demostró su lealtad a los Monarcas destronados, por lo que, tras la derrota de Noáin, tuvo que huir al Bearne. Por ello quedó excluido del primer perdón general concedido por Carlos I de España. La amnistía le llegaría en el segundo, previo juramento de obediencia al Emperador. Recuperó su canonjía y la tesorería, pero no la vicaría.

Se documenta su presencia en la Corte imperial en 1526, llamado por el arzobispo Fonseca. Allí intervino en despachos muy importantes a favor de la catedral de Pamplona. En 1528 fue elegido por unanimidad para ocupar la dignidad más rica del Cabildo iruñés, el arcedianato de la tabla, pues le consideraban “varón de gran consejo, sacerdote manso y justo, benigno y piadoso, amante del culto divino, celador de la religión, limosnero, de buena vida y laudable fama”.

En 1530 permutó la tesorería por el arcedianato de Usún. En 1538 fue nombrado administrador de las rentas del Obispado vacante y en 1540 vicario general, visitador y juez apostólico. A lo largo de su vida mostró dotes de organizador. Consta su preocupación por la dignificación del culto divino en la catedral y por la moral de los canónigos, para lo cual confeccionó un estatuto que tendría eco durante toda la centuria.

Escribió un tratado sobre el derecho de asilo del que gozaban las iglesias y otro sobre el tributo de subsidio que podían imponer los obispos, en que se ocupó detenidamente de la obligación de clérigos e iglesias de contribuir al subsidio caritativo pedido por un príncipe secular. Sus contemporáneos lo estimaron como sabio y eminente canonista. Dejó sin publicar glosas a textos legales y seis cuadernos de “consejos”.

Su obra de mayor perduración fue el Hospital General de Nuestra Señora de la Misericordia de Pamplona, creado en 1525 para unificar los pequeños hospitales medievales. Lo designó su heredero universal y edificó a sus expensas el pabellón para las mujeres, la iglesia con sus tres capillas, coro, campanario, retablos, rejas y diversos ornamentos (hoy forma parte del Museo de Navarra). Legó a la catedral la tapicería de Santa Bárbara formada por cinco piezas y al Cabildo su biblioteca guardada en veintitrés arcas.

Obras

  • De inmunitate ecclesiarum, Toulouse, 1549;
  • De charitativo subsidio tractatus doctus juxta ac elegans, Lyon, 1550.

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos