Iaksa o Yaksa, en el ámbito de las mitologías hinduista, budista y jaina,[1]​ es el nombre de una amplia clase de espíritus, generalmente asociados a entidades de la naturaleza, por lo general benévolos aunque también pueden ser malignos; tutores de los tesoros naturales escondidos en la tierra y entre las raíces de los árboles.[1]

Rollo griego soportado por un iaksa indio; Amarāvatī, siglo III, Museo Nacional de Tokio
Los yaksas son espíritus de la naturaleza que son benévolos, pero, a veces, traviesos o caprichosos. Izquierda: Yaksi de Bharhut; derecha: Yaksa de Pitaljora, c. siglo II.

Nombre en varios idiomas

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Pronunciación

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Etimología

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Proviene de yakṣ, el cual posiblemente proviene de la raíz sánscrita iaj, que es la base de iaj (rápido, poderoso, hijo, vástago) y iajua (rápido, activo [aplicado a Agní, Indra y Soma], que fluye constantemente [aplicado a las aguas], aguas que fluyen [aplicado a los Siete Ríos]).[2]

La forma femenina de la palabra es yakṣī (yaksi)[3]​ o iaksini (sánscrito: यक्षिणी, yakṣiṇī; pali: yakjini).[4]

Descripción

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En la mitología budista, hinduista y jaina, los iaksas presentan una doble personalidad. Por un lado, pueden ser tanto un inofensivo personaje de cuento de hadas, asociado con bosques y montañas, como, en una versión más oscura o maligna, una especie de fantasma (bhūta), similar a los Ráksasas, que recorre el desierto y devora a los viajeros.

 
Estatua de un iaksa; en Mathura (India), siglo I o II d. C.

Los iaksas pueden haber sido originalmente los dioses tutelares de los bosques y aldeas, y más tarde haberse convertido en las deidades secundarias de la tierra y la riqueza enterrada debajo.

En el diálogo didáctico hinduista del capítulo «Yakṣa-praśnāḥ» (‘las preguntas del iaksa’) ―perteneciente al Majabhárata (texto épico-religioso del siglo III a. C.)― el iaksa es un espíritu tutelar de un lago que desafía al rey Iudistira.

En cambio, en el poema Meghadūta ―‘el mensajero de las nubes’, del poeta Kalidasa (siglo VI d. C.)―, el narrador Iaksa es una figura romántica que suspira de amor por su amada desaparecida.

En el arte de la India, los iaksas, como espíritus de los árboles, son de las referencias más tempranas desde c. siglo V a. C. de adoración de estatuas, junto con los nagas (dioses serpientes).[5]​ Son representados ya sea como temibles guerreros o corpulentos enanos. Las iaksas mujeres, conocidas como iaksinis, son representadas como bellas mujeres jóvenes con felices caras redondas, grandes pechos y amplias caderas.

Ya en el Atharvaveda ―uno de los textos más antiguos de la India, de fines del II milenio a. C.)― el Ráksasa Kúbera era el rey de los iaksas.[6]

En cambio el sutra del loto (texto budista), en una de sus parábolas, los retrata con su aspecto más oscuro.

  1. a b c «Yaksha», artículo en la Enciclopedia Británica.
  2. a b Véase la entrada yakṣa) que se encuentra en la mitad de la segunda columna de la pág. 838 en el Sanskrit-English Dictionary del sanscritólogo británico Monier Monier-Williams (1819-1899).
  3. Para sánscrito: यक्षी como femenino deयक्ष, véase V. S. Apte, The Practical Sanskrit-English Dictionary, p. 776.
  4. Para yakṣiṇī (sánscrito: यक्षिणी) como término sánscrito regular para una yakṣa femenina, y yakṣaṇī como una variante budista, véase Franklin Edgerton, Buddhist Hybrid Sanskrit Grammar and Dictionary, Vol. 2, Motilal Banarsidass, 1ª ed., 1953, p. 442.
  5. Dharam Vir Singh (2009). Una introducción al hinduismo. Jaipur: Surabhi Prakash. p. 2. 
  6. Pattanaik, Devdatt (2003): Mitología hindú, cuentos, símbolos, rituales. Buenos Aires: Kier, 2003.

Véase también

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