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Diferencia entre revisiones de «Protocolo Pedemonte-Mosquera»

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=== Las discusiones posteriores ===
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[[File:Mapa del Perú sobre límites con Ecuador.jpg|300px|miniaturadeimagen|Mapa anexo al alegato peruano en el arbitraje español sobre el diferendo limítrofe entre Ecuador y el Perú.]]
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Los alcances del protocolo Pedemonte-Mosquera fueron uno de los puntos principales del soporte legal de los reclamos de la argumentación ecuatoriana durante el arbitraje español en la controversia limítrofe con el Perú.{{sfn|Cornejo|1909|p=110-111}} Los representantes ecuatorianos defendieron la autenticidad del protocolo señalando su presencia entre los documentos presentados al Congreso peruano en la discusión del tratado García-Herrera y la presentación de la copia emitida de manera oficial por la Cancillería colombiana, además de su naturaleza como instrumento de ejecución del tratado de Guayaquil.{{sfn|Gálvez|1919|p=35}}{{sfn|Fernández|1905|p=10}} Adjudicaron el desconocimiento del documento por la situación tras la disolución de la Gran Colombia y la falta de acceso ecuatoriano a los archivos colombianos. Por consiguiente, solicitaron al árbitro la definición del lindero con el Perú en la sección no delimitada por el protocolo: el territorio de los ríos Chinchipe y Huancabamba.{{sfn|Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador|1910|p=97-100}}
Los alcances del protocolo Pedemonte-Mosquera fueron uno de los puntos principales del soporte legal de los reclamos de la argumentación ecuatoriana durante el arbitraje español en la controversia limítrofe con el Perú.{{sfn|Cornejo|1909|p=110-111}} Los representantes ecuatorianos defendieron la autenticidad del protocolo señalando su presencia entre los documentos presentados al Congreso peruano en la discusión del tratado García-Herrera y la presentación de la copia emitida de manera oficial por la Cancillería colombiana, además de su naturaleza como instrumento de ejecución del tratado de Guayaquil.{{sfn|Gálvez|1919|p=35}}{{sfn|Fernández|1905|p=10}} Adjudicaron el desconocimiento del documento por la situación tras la disolución de la Gran Colombia y la falta de acceso ecuatoriano a los archivos colombianos.​​<ref>{{Cita publicación|url=http://repositorio.casadelacultura.gob.ec//handle/34000/17941|título=Algo más acerca la frontera Ecuatoriano-Peruana: Cartas al excmo sr. D. Honorato Vázquez á propósito del dictamen jurídico emitido acerca de esta materia por varios distinguidos jurisconsultos españoles.|apellidos=Olivart|nombre=Marqués de|fecha=1908-03-01|fechaacceso=2024-03-10}}</ref> Por consiguiente, solicitaron al árbitro la definición del lindero con el Perú en la sección no delimitada por el protocolo: el territorio de los ríos Chinchipe y Huancabamba.{{sfn|Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador|1910|p=97-100}}


== Análisis ==
== Análisis ==
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=== Los proyectos de límites ===
=== Los proyectos de límites ===
Durante la segunda conferencia en las negociaciones del tratado de Guayaquil, el representante peruano [[José de Larrea y Loredo|José de Larrea]] discutió con el grancolombiano [[Pedro Gual]] sobre la cuestión limítrofe. Larrea sugirió sobre los límites que «podrían principiarse estos por el río Tumbes, tomando una diagonal hasta el Chinchipe y continuar con sus aguas hasta el Marañón». En respuesta, Gual expresó su creencia en que los comisionados grancolombianos recibirían instrucciones para seguir la línea de frontera por el río Chinchipe «cuyas aguas y las del Marañón continuarían dividiendo ambas Repúblicas hasta los linderos del Brasil».{{sfn|Maura|1906|p=24}} A pesar de estas conversaciones, el tratado final no incluyó una disposición específica sobre los límites. En comunicación con el gobierno peruano, Larrea expresó que la base «general e indeterminada» acordada para la delimitación de fronteras favorecería los intereses de su país sobre los territorios en disputa.
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Durante la segunda conferencia en las negociaciones del tratado de Guayaquil, el representante peruano [[José de Larrea y Loredo|José de Larrea]] discutió con el grancolombiano [[Pedro Gual]] sobre la cuestión limítrofe.{{sfn|Santamaría de Paredes|1907|p=189-192}} Larrea sugirió sobre los límites que «podrían principiarse estos por el río Tumbes, tomando una diagonal hasta el Chinchipe y continuar con sus aguas hasta el Marañón».{{sfn|Santamaría de Paredes|1907|p=189-192}} En respuesta, Gual expresó su creencia en que los comisionados grancolombianos recibirían instrucciones para seguir la línea de frontera por el río Chinchipe «cuyas aguas y las del Marañón continuarían dividiendo ambas Repúblicas hasta los linderos del Brasil».{{sfn|Maura|1906|p=24}} A pesar de estas conversaciones, el tratado final no incluyó una disposición específica sobre los límites. En comunicación con el gobierno peruano, Larrea expresó que la base «general e indeterminada» acordada para la delimitación de fronteras favorecería los intereses de su país sobre los territorios en disputa.{{sfn|Santamaría de Paredes|1907|p=189-192}}


Eugenio Tamariz y Agustín Gómez, representantes grancolombianos de la comisión limítrofe, recibieron instrucciones de Bolívar para delimitar la línea divisioria sobre los ríos Tumbes, Quiroz y Marañón, este último «límite natural entre ambas Repúblicas», con el fin de incorporar a la Gran Colombia los territorios de las provincias de Jaén y Maynas ubicadas en la margen izquierda del Amazonas «aunque se suscite la disputa de estar en poder del Perú».{{sfn|Maura|1906|p=31}} Tomás Cipriano de Mosquera, ministro plenipotenciario grancolombiano en el Perú, recibió instrucciones similares sobre la conveniencia del Marañón como límite entre ambos países. No obstante, Mosquera recibió entre los documentos entregados para su misión diplomática una copia de la [[Real Cédula de 1802]], por lo que solicitó nuevamente instrucciones en caso sea presentada dado que los representantes de su contraparte peruana «podrían con justicia reclamar la ribera izquierda del Marañón».{{sfn|Santamaría de Paredes|1907|p=203-204}}
Eugenio Tamariz y Agustín Gómez, representantes grancolombianos de la comisión limítrofe, recibieron instrucciones de Bolívar para delimitar la línea divisioria sobre los ríos Tumbes y Marañón, «límite natural entre ambas Repúblicas», con el fin de incorporar a la Gran Colombia los territorios de las provincias de Jaén y Maynas ubicadas en la margen izquierda del Amazonas «aunque se suscite la disputa de estar en poder del Perú». Tomás Cipriano de Mosquera, ministro plenipotenciario grancolombiano en el Perú, recibió instrucciones similares sobre la conveniencia del Marañón como límite entre ambos países. No obstante, Mosquera recibió entre los documentos entregados para su misión diplomática una copia de la Real Cédula de 1802, por lo que solicitó nuevamente instrucciones en caso sea presentada dado que los representantes de su contraparte peruana «podrían con justicia reclamar la ribera izquierda del Marañón».

Mosquera arribó a Lima el 25 de noviembre de 1829, iniciando conversaciones con el presidente peruano [[Agustín Gamarra]] y su canciller [[José de Armas]]. En una carta dirigida a Bolívar, Mosquera mostró optimismo al convenir verbalmente la línea limítrofe sobre los ríos Tumbes y Marañón, pero señaló la disensión sobre los ríos Chinchipe y Huancabamba (29 de diciembre de 1829). No obstante, días después, Armas renunció y fue reemplazado por José María Pando. El 6 de enero de 1830, Mosquera tuvo su primera conferencia con el nuevo canciller, pero no llegaron a ningún acuerdo. Al día siguiente, Mosquera envío un oficio solicitando la resolución de las diferencias sobre la línea limítrofe antes de la salida de los comisionados. Pando respondió que reiniciaría las discusiones tras la publicación de un mapa comisionado por el gobierno peruano sobre las zonas en disputa.

El 20 de enero, Mosquera recibió instrucciones del gobierno grancolombiano señalando que debía reclamar para la Gran Colombia el territorio «comprendido dentro de los límites de la provincia de Loja y Jaén, en oposición a las de Piura y Maynas».{{sfn|Ulloa|1911|p=15}} El 4 de febrero, Mosquera nuevamente tuvo una conferencia con Pando, quien propuso un proyecto de límites en la sección occidental del mismo, atravesando los ríos Zarumilla y Macará hasta la confluencia de los ríos Chinchipe y Marañón:

<blockquote>Empezando en la confluencia de los ríos Marañón y Chinchipe debería seguir la línea divisoria el curso de este último, y después su rama llamada Canche hasta su origen; desde allí una línea que atravesase la cordillera de Ayabaca por las cimas que dividen las vertientes, y que siguiese hasta el origen del río Macará, en la quebrada de Espíndula; luego debería seguir la línea divisoria el curso del mismo Macará hasta su confluencia con el Catamayo, de cuya unión se forma el Chira, y bajar con el curso de éste hasta el riachuelo de Lamor que serviría de límite por algunas leguas; desde alli debería seguir una quebrada llamada de Pilares, continuando por el despoblado de Tumbes hasta el río de Zarumilla, llamado también Santa Rosa, que cerraría los límites por el lado del Pacífico.</blockquote>

Mosquera envío dos oficios al gobierno grancolombiano con la propuesta de Pando el 7 de febrero y el 15 de marzo, manifestando su oposición a obtener «otra cosa que unas selvas en Jaén y Maynas, porque todos los pueblos de aquellas provincias quedarán en la parte que pretende conservar el Perú» y solicitando instrucciones para responder a la propuesta. El 8 de mayo, en una carta a Bolívar, solicitó nuevamente directrices para las negociaciones pero no obtuvo respuesta.


=== El protocolo ===
=== El protocolo ===

Revisión del 03:13 2 abr 2024

Protocolo Pedemonte-Mosquera (11 de agosto de 1830)
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Carlos Pedemonte y Talavera
(Bandera de Perú Perú)
Tomás Cipriano de Mosquera
(Bandera de la Gran Colombia Gran Colombia)

Protocolo Pedemonte-Mosquera (alternativamente Protocolo Mosquera-Pedemonte) es el nombre de un supuesto documento firmado el 11 de agosto de 1830 en Lima por el canciller peruano Carlos Pedemonte y Talavera y el ministro plenipotenciario grancolombiano Tomás Cipriano de Mosquera, en cuyo contenido se establecía como límite entre el Perú y la Gran Colombia a los ríos Tumbes y Marañón.[1][a]​ El protocolo se enmarcaría dentro de las negociaciones limítrofes grancolombo-peruanas en ejecución del tratado de Guayaquil, firmado el año anterior.[2]

No obstante, la autenticidad de dicho documento es incierta dado que habría sido firmado tras la salida de Mosquera del Perú y durante la licencia de Pedemonte de su cargo.[1]​ Además, habría sido suscrito en pleno proceso de disolución de la Gran Colombia y carecería de vigencia dado que no contó con la aprobación de ninguno de los dos países.[3]​ El protocolo original no ha podido ser presentado, pues no existe en los archivos oficiales de Colombia y el Perú.[1]

Hasta 1870, fecha de su descubrimiento en la legación colombiana en Lima, no hay registros de alguna referencia al protocolo Pedemonte-Mosquera.[1][3]​ En el marco de las posteriores negociaciones limítrofes, fue invocado por Colombia en 1904[4]​ y por Ecuador en 1906.[5]​ Su existencia ha sido siempre negada por el Perú.[4]

Antecedentes

El tratado de Guayaquil

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Los territorios de Tumbes, Jaén y Maynas, en disputa entre la Gran Colombia y el Perú.

Tras la guerra grancolombo-peruana (1828-1829), los representantes José de Larrea y Loredo (Perú) y Pedro Gual Escandón (Gran Colombia) se reunieron en Guayaquil para firmar un tratado de paz (22 de septiembre de 1829).[6]​ Establecieron las bases y el procedimiento para la delimitación de la frontera entre ambos países: se acordó seguir la línea divisoria entre los disueltos virreinatos de Nueva Granada y el Perú, tomando como punto de partida al río Tumbes, pudiendo realizarse cesiones de territorio de común acuerdo para facilitar la demarcación.[7]

Los comisionados de ambos países, cuya misión era recorrer, rectificar y fijar la línea divisoria, debían iniciar su trabajo cuarenta días después de la ratificación del tratado por ambas partes.[8]​ El gobierno grancolombiano designó como representantes a Eugenio Tamariz y Agustín Gómez, quienes llegaron a Tumbes en diciembre de 1829.[9][10]​ Sin embargo, dado que no era estación propicia para iniciar la demarcación, pospusieron su labor hasta abril de 1830.[10]​ No llegarían a encontrarse con sus pares: tras la estación de lluvias, el gobierno peruano nombró a José Félix Castro y Modesto de la Vega como sus delegados pero, para cuando llegaron a Tumbes, los grancolombianos ya se habían retirado.[10]

Las negociaciones limítrofes

El 10 de octubre de 1829, Simón Bolívar envió a sus comisionados con las instrucciones de tomar al río Marañón como «límite natural entre ambas Repúblicas» e insistir en la incorporación de esos territorios (es decir, las provincias de Jaén y Maynas) a la Gran Colombia, aún si estuvieran «en poder del Perú».[11]​ El 1 de diciembre, envió a Tomás Cipriano de Mosquera como ministro plenipotenciario a Lima con el fin de restablecer las relaciones entre ambos países, reiterando su insistencia en negociar el establecimiento del río Marañón como límite.[10]

Mapa de las repúblicas de Venezuela, Nueva Granada y Ecuador, surgidas tras la disolución grancolombiana.

Siguiendo sus instrucciones, Mosquera inició conversaciones con el canciller peruano José de Armas para firmar un convenio de límites que sirviera como guía a los comisionados, dado que el tratado de Guayaquil se mostraba «indefinido» sobre el tema.[10]​ Sin embargo, las negociaciones se truncaron por un desacuerdo sobre el trazo de la frontera en los ríos Chinchipe y Huancabamba: los peruanos se decantaban por la primera opción, pero Mosquera insistía en la segunda.[10]

En febrero de 1830, José María Pando (nuevo canciller del Perú) propuso a la Cancillería grancolombiana establecer como frontera la línea río Zarumilla (en lugar del Tumbes)-río Chinchipe (en lugar del Huancabamba)-río Marañón (o sea, el Amazonas).[10]​ El ministro Mosquera manifestó su inconformidad con ganar «unas selvas en Jaén y Maynas»[10]​ y la Cancillería grancolombiana no llegó a responder la propuesta a causa de la desintegración de ese país.[12]​ Para mayo de 1830, las negociaciones se interrumpieron.[13]

La disolución de la Gran Colombia

En 1830, la desintegración del gobierno de la Gran Colombia y sus estructuras políticas era inminente.[14]​ Pese a los intentos de Bolívar de convocar una asamblea constituyente (el Congreso Admirable) para reconciliar las posturas y salvar la federación, los esfuerzos separatistas recrudecieron.[15]​ El 6 de mayo, José Antonio Páez proclamó la separación del Estado de Venezuela.[16]​ El 13 del mismo mes, Juan José Flores hacía lo mismo y proclamaba el Estado del Ecuador.[16][17]​ Finalmente, el 20 de octubre de 1831, se creó el Estado de la Nueva Granada.[b]

El protocolo

El contenido del documento

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Detalle de las fronteras entre el Perú, Ecuador y Nueva Granada, siguiendo la línea Tumbes-Marañón.

El 11 de agosto de 1830, en el marco de las negociaciones grancolombo-peruanas, se habría suscrito un protocolo de ejecución del tratado de Guayaquil entre el canciller peruano Carlos Pedemonte y el ministro plenipotenciario grancolombiano Tomás Cipriano de Mosquera.[2]​ En este documento, se detallan las conversaciones mantenidas entre ambos negociadores. Al inicio, Pedemonte arguyó la existencia del «Obispado de Mayanas [sic]», segregado del Virreinato de Nueva Granada y anexado al Virreinato del Perú conforme a la Real Cédula de 1802.[2]

En respuesta, Mosquera invocó al artículo 5 del Tratado de Guayaquil y aludió a la Real Cédula de 1563, que creó la Real Audiencia de Quito con territorios en ambos márgenes del río Marañón.[2]​ Además, refirió el Obispado de Maynas no fue delimitado en su momento y entregó a Pedemonte una «Guía de Forasteros» publicada en España en 1822, donde se incluía a la «provincia de Jaén de Bracamoros y Mayanas» dentro del territorio de Nueva Granada.[2]

Así, Pedemonte habría reconocido el derecho de la Gran Colombia a todo territorio de la ribera izquierda del río Marañón desde el «río Yurati» y, consecuentemente, Mosquera habría reconocido todo el territorio de la ribera derecha al Perú.[18]​ No obstante, el acuerdo dejaría pendiente los límites definitivos entre los ríos Chinchipe y Huancabamba, donde se localizaba la provincia de Jaén de Bracamoros.[2][18]

El descubrimiento del protocolo

Mosquera estuvo desterrado en Lima entre 1868 y 1870, año coincidiente con el del descubrimiento del protocolo.

Generalmente se atribuye el descubrimiento del protocolo a Teodoro Valenzuela, representante colombiano en Lima, gracias a que Mosquera le entregó el documento original (8 de diciembre de 1870).[19]​ Al día siguiente, Valenzuela expidió una copia certificada a la Cancillería colombiana:

Lima, Noviembre 9 de 1870,—Es copia fiel del original que reposa en el archivo de la legación.—El ministro residente de Colombia en las Repúblicas del Pacífico.—Teodoro Valenzuela.[20]

Tras la controversia por la inexistencia del original en los archivos de la Cancillería peruana y su solicitud del ejemplar auténtico, la Cancillería colombiana certificó una copia del documento enviado por Valenzuela en 1870 y la envió a Lima (1 de julio de 1893).[19]

Ministerio de Relaciones Exteriores—BOGOTÁ 1 de Julio de 1893—Es copia que se remite con nota de hoy á la legación de Colombia en el Perú—Por el sub-secretario—el jefe de la sección 1ª—Francisco Ruiz Q.—el sub-secretario— A. Villamar.[20]

Existe una copia fechada el 30 de agosto de 1870, enviada por Mosquera a Mariano Felipe Paz Soldán durante el exilio del primero en Lima.[21]​ Fue remitida por su hijo en 1889 a la Cancillería peruana:

Copia remitida por el general T. C. de Mosquera—30 de agosto de 1870—Mariano Felipe Paz Soldán
La anotación que precede es de puño y letra de mi finado señor padre el doctor M. Felipe Paz Soldán, así como su rúbrica.—Lima, febrero 28/89—Carlos Paz Soldán.[21]

Adicionalmente, se adjudica también el descubrimiento al representante ecuatoriano Vicente Piedrahíta tras una reunión con Mosquera en 1870 (sin obtener una copia)[22]​ o en la legación colombiana en Lima en 1873;[23]​ el 13 de enero de 1874, Piedrahíta presentó una solicitud dirigida a Valenzuela para obtener una copia del protocolo, misma que fue rechazada.[24]

No obstante, su hallazgo también es atribuido a Francisco Aguirre, quien lo halló en un documento peruano publicado durante las discusiones por la aprobación del tratado García-Herrera en Lima (1902);[25][26]​ una publicación de la Cancillería ecuatoriana señaló como descubridor a Augusto Aguirre en Lima (1905), el mismo año que por primera vez se publicó en Ecuador una copia del protocolo;[25]​ tras la solicitud del gobierno de ese país, Julio Andrade recibió una copia emitida por la Cancillería colombiana en Bogotá (1906).[23][25]

Los eventos posteriores

Mapa de Ecuador, publicado en 1894, detalla la frontera con el Perú siguiendo la línea Zarumilla-Chinchipe-Marañón.

En 1878, Mosquera escribió a la Cancillería colombiana donde afirmaba haber firmado un protocolo «fijando los límites del Perú y Colombia y solo quedaba un punto por resolverse».[22]​ Asimismo, describió que entregó el original del documento a Valenzuela en 1870,[19]​ el cual solicitó asegurar en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores en previsión a la «cuestión que va a presentarse», dados los acuerdos limítrofes entre el Perú y Brasil.[27]​ En 1891, durante el debate para la aprobación del tratado García-Herrera firmado entre el Perú y Ecuador, Alberto Elmore[28]​ y Arturo García[29]​ anexaron en los documentos enviados al Congreso peruano una copia del protocolo obtenida en 1870 por Mariano Felipe Paz Soldán, advirtiendo la falta del ejemplar auténtico peruano y la ausencia de aprobación legislativa.[1]

En 1892, con motivo de la publicación de la Colección de Tratados del Perú (tomo III) por Ricardo Aranda, Luis Tanco (representante colombiano en Lima) protestó por la ausencia del protocolo de 1830.[3]​ Al año siguiente, la Cancillería peruana le contestó que no existía en el Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, considerando «que tal documento no existe»[30]​ y solicitándole presentar un ejemplar auténtico de ese protocolo (9 de septiembre de 1893);[20]​ solicitud que ocasionó el envío a Lima de una copia del documento encontrado por Valenzuela en 1870.[19]​ En 1894, durante las negociaciones para que Colombia se uniera a las discusiones limítrofes entre Ecuador y el Perú, los representantes colombianos aludieron a la frustrada reunión de la comisión demarcadora y la misión de Mosquera en Lima, paralizadas por la disolución de la Gran Colombia, pero no invocaron el protocolo.[3]

El protocolo Pedemonte-Mosquera fue invocado por Colombia por primera vez en 1904.[5]​ Ecuador lo invocó por primera vez el 20 de octubre de 1906,[5]​ durante su Exposición en la segunda época del arbitraje español en su diferendo limítrofe con el Perú.[31]​ En 1910, la Asamblea Nacional colombiana publicó una reforma de la Constitución de 1886, donde se describía su límite con el Perú como «los adoptados en el Protocolo Mosquera-Pedemonte, en desarrollo del Tratado de 22 de septiembre de 1829».[32]​ La existencia del protocolo ha sido siempre negada por el Perú.[4]

Las discusiones posteriores

Mapa anexo al alegato peruano en el arbitraje español sobre el diferendo limítrofe entre Ecuador y el Perú.

Los alcances del protocolo Pedemonte-Mosquera fueron uno de los puntos principales del soporte legal de los reclamos de la argumentación ecuatoriana durante el arbitraje español en la controversia limítrofe con el Perú.[33]​ Los representantes ecuatorianos defendieron la autenticidad del protocolo señalando su presencia entre los documentos presentados al Congreso peruano en la discusión del tratado García-Herrera y la presentación de la copia emitida de manera oficial por la Cancillería colombiana, además de su naturaleza como instrumento de ejecución del tratado de Guayaquil.[28][34]​ Adjudicaron el desconocimiento del documento por la situación tras la disolución de la Gran Colombia y la falta de acceso ecuatoriano a los archivos colombianos.​​[35]​ Por consiguiente, solicitaron al árbitro la definición del lindero con el Perú en la sección no delimitada por el protocolo: el territorio de los ríos Chinchipe y Huancabamba.[36]

Análisis

Los antecedentes

Las primeras negociaciones limítrofes entre la Gran Colombia y el Perú se dieron en 1822, entre el ministro plenipotenciario grancolombiano Joaquín Mosquera y el canciller del Perú, el argentino Bernardo de Monteagudo. El tema de discusión principal fue el reconocimiento peruano a la anexión grancolombiana de Guayaquil. Las conversaciones sobre el tema no llegaron a un punto de acuerdo, pero firmaron un convenio que estipulaba que la demarcación de la frontera «se arreglará por un convenio particular después que el próximo Congreso Constituyente del Perú haya facultado al Poder Ejecutivo del mismo Estado para arreglar este punto» (6 de julio de 1822).[37]

Al año siguiente, se reiniciaron las negociaciones entre el diputado peruano José María Galdeano y el representante grancolombiano Joaquín Mosquera. El acuerdo señalaba que se «reconocen por límites de sus territorios respectivos, los mismos que tenían en el año de mil ochocientos nueve los ex virreinatos del Perú y Nueva Granada» (18 de diciembre de 1823).[38]​ El Congreso peruano aprobó el tratado, pero no el grancolombiano. Entre otros, la indefinición precisa de los linderos entre ambos países (es decir, la posesión de las provincias de Tumbes, Jaén y Maynas) estuvo dentro de las causas del estallido de la guerra grancolombo-peruana.

El convenio de Girón, firmado tras la batalla del Portete de Tarqui, incluía una disposición que establecía «arreglar los límites de los dos Estados sirviendo de base la división política de los virreynatos de la Nueva Granada y el Perú en agosto de 1809» (28 de febrero de 1829).[39]​ El tratado definitivo de paz, el tratado de Guayaquil, retomaba una redacción similar al señalar que ambos países «reconocen por límites de sus respectivos territorios los mismos que tenían antes de su independencia los antiguos virreinatos de Nueva Granada y el Perú» y el establecimiento de una comisión demarcadora para que «vaya reconociendo y trazando dicha línea, comenzando desde el río Tumbes» (22 de septiembre de 1829).[40]

Los proyectos de límites

Durante la segunda conferencia en las negociaciones del tratado de Guayaquil, el representante peruano José de Larrea discutió con el grancolombiano Pedro Gual sobre la cuestión limítrofe. Larrea sugirió sobre los límites que «podrían principiarse estos por el río Tumbes, tomando una diagonal hasta el Chinchipe y continuar con sus aguas hasta el Marañón». En respuesta, Gual expresó su creencia en que los comisionados grancolombianos recibirían instrucciones para seguir la línea de frontera por el río Chinchipe «cuyas aguas y las del Marañón continuarían dividiendo ambas Repúblicas hasta los linderos del Brasil».[41]​ A pesar de estas conversaciones, el tratado final no incluyó una disposición específica sobre los límites. En comunicación con el gobierno peruano, Larrea expresó que la base «general e indeterminada» acordada para la delimitación de fronteras favorecería los intereses de su país sobre los territorios en disputa.

Eugenio Tamariz y Agustín Gómez, representantes grancolombianos de la comisión limítrofe, recibieron instrucciones de Bolívar para delimitar la línea divisioria sobre los ríos Tumbes y Marañón, «límite natural entre ambas Repúblicas», con el fin de incorporar a la Gran Colombia los territorios de las provincias de Jaén y Maynas ubicadas en la margen izquierda del Amazonas «aunque se suscite la disputa de estar en poder del Perú». Tomás Cipriano de Mosquera, ministro plenipotenciario grancolombiano en el Perú, recibió instrucciones similares sobre la conveniencia del Marañón como límite entre ambos países. No obstante, Mosquera recibió entre los documentos entregados para su misión diplomática una copia de la Real Cédula de 1802, por lo que solicitó nuevamente instrucciones en caso sea presentada dado que los representantes de su contraparte peruana «podrían con justicia reclamar la ribera izquierda del Marañón».

El protocolo

Los gobiernos de Ecuador y Colombia sostienen que el Protocolo Pedemonte-Mosquera fue firmado en Lima el 11 de agosto de 1830 por Perú y la Gran Colombia. El protocolo pretendía resolver definitivamente los límites especialmente en la sección oriental de la frontera en disputa desde la Cordillera de los Andes hasta Brasil, convertía al río Marañón y el río Amazonas en la nueva frontera entre las dos repúblicas. El protocolo estableció el tramo occidental de la frontera desde la Cordillera de los Andes hasta el Océano Atlántico haciendo del río Macará y el río Tumbes el nuevo límite. Sin embargo, dejó en disputa el estatus de una pequeña zona en la Cordillera de los Andes llamada Jaén de Bracamoros. Pedemonte y Mosquera decidieron que en una fecha posterior se elegiría como nuevo límite el río Chinchipe o el río Huancabamba.[42][43]

El cuerpo diplomático ecuatoriano obtuvo una copia simple del Protocolo Pedemonte Mosquera, recién a los 74 años de su suscripción, es decir en el año de 1904. La copia del protocolo que obtuvo Ecuador fue del que reposa en el archivo de la legación de el ministro residente de Colombia en las Repúblicas del Pacífico, Teodoro Valenzuela.[44]​ Esta copia simple del protocolo fue utilizada como principal soporte legal de sus reclamos limítrofes. [45][46]​Una vez obtenida una copia simple de la cancillería colombiana, Ecuador presentó el protocolo dentro de una serie de documentos relativos al litigio de fronteras, en el cual se sometió al fallo arbitral del rey de España, Alfonso XIII.[44][47]

En consecuencia:

[...] propuso que se fijase por base para los límites el río Marañón desde la boca del Yurati aguas arriba hasta encontrarse con el río Guancabamba y el curso de este río hasta su origen en la cordillera y de allí tomar una línea al Macará para seguir y tomar las cabeceras del río Tumbes; [...] convino el Ministro de Relaciones Exteriores en estas bases; pero que las modificaba poniendo por término, no la embocadura del Guancabamba, sino la del río Chinchipe que conciliaba más los intereses del Perú, sin dañar á Colombia. [...] El Ministro de Colombia convino en todo, dando desde ahora por reconocido el perfecto derecho de Colombia á todo el territorio de la ribera izquierda del Marañón ó Amazonas y reconocía del Perú el dominio en la ribera derecha quedando únicamente pendiente resolver si deben regir los límites por Chinchipe ó Guancabamba.

– Protocolo Pedemonte-Mosquera (VERSIÓN PAZ SOLDÁN)[48]

Controversias

El escenario y marco temporal

Matías León, canciller peruano interino el día de la supuesta firma de protocolo.

La fecha de firma del protocolo (11 de agosto de 1830) presenta varios problemas en el marco temporal de los acontecimientos: se sitúa en medio del proceso de disolución de la Gran Colombia, varios meses después de que Venezuela (6 de mayo) y Ecuador (13 de mayo) hubieran declarado su independencia.[5]​ El 18 de julio, tras la solicitud de Mosquera, el vicepresidente grancolombiano Domingo Caycedo ratificaba su cese como representante diplomático y le autorizaba a abandonar el Perú.[49]​ El 24 y 30 de julio, Mosquera envió dos oficios a la Cancillería peruana comunicándole el final de su misión diplomática y su reemplazo por José del Carmen Triunfo, solicitando facilidades para su viaje de retorno.[16][50]​ Esos oficios fueron contestados por Matías León, encargado del ministerio hasta la llegada de Pedemonte, ausente en Lima.[51]​ Mosquera embarcó en el Callao rumbo a Guayaquil en la goleta Guayaquileña el 9 de agosto, zarpando al día siguiente.[1]

El 4 de agosto, Pedemonte tomó posesión de su cargo en la Cancillería pero se vio obligado a solicitar una licencia por enfermedad, por lo que Matías León asumió nuevamente el despacho del canciller (7-11 de agosto), precisamente en la semana en la que se habría firmado el protocolo.[1]​ La firma de León aparece en los documentos oficiales de la Cancillería en esas fechas; el comodoro William Waldegrave, jefe de la división naval inglesa en el Pacífico, le dirigió notas con motivo de un juicio de presas que se seguía ante el tribunal respectivo en el Callao.[1]​ El mismo 11 de agosto, León firmó una circular sobre labores de vacunación «por enfermedad del señor Ministro»[52]​ y envió un oficio a José Félix Castro, integrante peruano de la comisión demarcadora grancolombo-peruana.[53]

Las referencias documentales

Mapa publicado por Mosquera en 1852; el trazo de la frontera sur de Ecuador contradecía el contenido del protocolo.

Hasta 1870, fecha de su descubrimiento, no hay registros de alguna referencia al protocolo Pedemonte-Mosquera.[1][3]​ En su memoria para el Congreso peruano de 1831 (el mismo año que falleció), Pedemonte no informó sobre la firma de algún documento en relación con los límites peruano-grancolombianos;[1]​ aludiendo al proceso de disolución de la Gran Colombia, se limitó a ratificar en tanto el respeto peruano al tratado de 1829.[54]​ En su memoria al Congreso granadino de 1831, el canciller Alejandro Vélez describió las negociaciones de Mosquera con respecto al nombramiento de los comisionados y sus conversaciones con el gobierno peruano, señalando la ausencia de información sobre la fijación de los límites.[55]

En 1832, en las conversaciones previas a la firma del tratado Pando-Noboa entre el Perú y el recién independiente Ecuador, no se invocó al protocolo al tratar la cuestión de límites:[1]​ en el propio texto del acuerdo solo se hizo una mención a los «límites actuales».[56]​ En las negociaciones limítrofes de 1841-1842 entre el canciller ecuatoriano José Félix Valdivieso y el representante peruano Matías León tampoco se tomó en cuenta al protocolo, sino solo al tratado de Guayaquil.[57][58]​ En 1843, Mosquera publicó un folleto con su relato de las negociaciones limítrofes donde no mencionó a Pedemonte,[1]​ sino solo a las conferencias con Pando y la controversia sobre los ríos Chinchipe y Huancabamba,[59]​ tras lo cual abandonó Lima sin haber concluido un acuerdo de límites.[60][61]

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Detalle de la frontera norte del Perú, incluyendo la línea Apaporis-Tabatinga acordada con Brasil en 1851.

En 1844, Mosquera volvió a Lima como ministro plenipotenciario y propuso un tratado entre el Perú y Nueva Granada para validar las provisiones del tratado de Guayaquil hasta «terminar los arreglos pendientes sobre límites».[62]​ En 1853, con motivo de la firma del tratado Herrera-da Ponte Ribeiro (1851) entre el Perú y Brasil (que creó la línea Apaporis-Tabatinga como parte de la frontera entre ambos países), Mosquera envío una carta a la Cancillería granadina donde describió sus conversaciones con Pando, de forma similar a 1843.[1]Manuel Ancízar, representante granadino ante el Perú, protestó contra el tratado peruano-brasileño, invocando el tratado de San Ildefonso.[63]​ Ese mismo año, Mosquera publicó un mapa de Nueva Granada en el cual atribuía a Ecuador territorios situados al sur del río Amazonas, contradiciendo el trazo fronterizo del protocolo de 1830.[64]

En 1857, Mosquera envió una carta a Benigno Malo, representante ecuatoriano en Lima, describiendo sus conferencias con los cancilleres peruanos «Larrea, Lozada, Pando y Pedemonte» sobre los límites grancolombo-peruanos, sin mencionar el protocolo.[65]​ En 1861, el ministro plenipotenciario granadino Florentino González expresó su preocupación ante los acuerdos de navegación fluvial peruanos en los ríos amazónicos basándose en el tratado de 1829.[66]​ En 1866, el canciller colombiano Manuel de Jesús Quijano protestó contra los trabajos de la comisión demarcadora peruano-brasileña, señalando que la frontera entre su país y el Perú estaba indefinida.[67]​ Al año siguiente, en su defensa autobiográfica durante su juicio tras ser depuesto de la presidencia, Mosquera omitió cualquier mención al protocolo.[1]​ Desterrado, se afincó en Lima donde tuvo una polémica en 1869 sobre las negociaciones limítrofes grancolombo-peruanas de 1829-1830, defendiendo el uti possidetis de 1810;[68]​ por esas fechas trabaría amistad con el historiador peruano Mariano Felipe Paz Soldán.[69]

Las versiones del texto

Mariano Felipe Paz Soldán obtuvo la versión más antigua conocida del protocolo Pedemonte-Mosquera (30 de agosto de 1870).

Existen al menos 4 versiones del texto del protocolo de 1830, cuyo origen es el documento aparecido en Lima en 1870.[70]​ Son: (1) la versión Paz Soldán de 1870, procedente de la colección personal de Mariano Felipe Paz Soldán;[29]​ (2) la versión Valenzuela, también de 1870, remitida por el representante colombiano Teodoro Valenzuela a Bogotá tras descubrirla en Lima;[71]​ (3) la versión Falquez-Ampuero de 1910, publicada por la Cancillería ecuatoriana con motivo de la controversia limítrofe y derivada de la versión Valenzuela;[72]​ y (4) la versión Urrutia, también de 1910, publicada por el canciller colombiano Francisco Urrutia.[73]​ El documento original no ha sido encontrado en los archivos de la Cancillería peruana ni en los de la Cancillería colombiana.[1]

  • La versión Paz Soldán procede de un copia enviada por Mosquera durante su destierro en Lima al historiador peruano Mariano Felipe Paz Soldán (quien escribía por entonces su Historia del Perú independiente) tras una entrevista con respecto a la cuestión de límites grancolombo-peruana en la cual obtuvo la noticia de un supuesto acuerdo suscrito en 1830.[29]​ No obstante, a causa de la inexistencia de algún documento de esa naturaleza en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores peruano, solicitó y consiguió de Mosquera un duplicado del protocolo (30 de agosto de 1870).[21]​ Fue remitida posteriormente a la Cancillería peruana por su hijo Carlos Paz Soldán (28 de febrero de 1889).[21]
  • La versión Valenzuela fue hallada en la legación colombiana en Lima por su representante Teodoro Valenzuela,[71]​ recibiendo el original del propio Mosquera (8 de noviembre de 1870) y enviando una copia certificada a Bogotá al día siguiente.[19]​ Posteriormente, la Cancillería colombiana certificó una nueva copia y la envió a Lima (1 de julio de 1893).[19]​ Esta versión fue exhibida por el canciller ecuatoriano Miguel Valverde en 1905.[71]
  • La versión Falquez-Ampuero recibe su nombre por el subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores ecuatoriano Falquez-Ampuero, cuya versión fue anexada al folleto oficial Cuestiones de límites con el Perú (31 de enero de 1910).[72]
  • La versión Urrutia fue publicada por el canciller colombiano Francisco Urrutia en su folleto El Protocolo Pedemonte-Mosquera (1910), atribuyéndola a un documento descrito por Antonio José Uribe en el tomo II de sus Anales diplomáticos y consulares de Colombia (1901); sin embargo, Urrutia tomó su versión del libro Cuestiones Territoriales (1905) de Enrique Olaya Herrera.[73]

Las versiones existentes, pese a que proceden todas de una misma fuente (el propio Mosquera), exhiben múltiples diferencias: redacción heterogénea («Mayanas» vs «Maynas»), cambios de género («agregado» vs «agregada») y modo verbal («había» vs «habría»), inversión del orden («Caquetá o Yapurá» vs «Yapurá o Caquetá»), omisión y/o adición de palabras («Maynas» vs «Obispado de Maynas»), etc.[70]

Versión Paz Soldán (1870) Versión Valenzuela (1870) Versión Falquez-Ampuero (1910) Versión Urrutia (1910)
«que por lo tanto los límites que antes tuviera el Virreynato» «que por lo tanto los los los (así está) límites que antes tuviera el Virreynato» «que por lo tanto los los los (así está) límites que antes tuviera el Virreynato» «que por lo tanto los (así está) límites que antes tuviera el Virreynato»
«Jaén de Bracamoros y Maynas [...] se encuentra agregado al Virreynato» «Jaén de Bracamoros y Maynas [...] se encuentra agregada al Virreynato» «Jaén de Bracamoros y el Obispado de Maynas [...] se encuentra agregado al Virreynato» «Jaén de Bracamoros y Maynas [...] se encuentra agregada al Virreynato»
«Colombia, que poseyendo [...] los ríos Caquetá ó Yapurá» «Colombia, que poseyendo [...] los rios Caqueta o Yapura» «Colombia, que poseyendo [...] los rios Yapura o Caqueta» «Colombia, que poseyendo [...] los rios Yapura o Caqueta»
«convino el Ministro de Relaciones Exteriores en estas bases» «convino el Ministro de Relaciones en estas bases» «convino el Ministro de Relaciones Exteriores en estas bases» «convino el Ministro de Relaciones Exteriores en estas bases»
«la cédula de 1802, fué modificada y dependía Maynas y Jaén» «la cédula de 1802, fué modificada y dependía Mayanas y Jaén» «la cédula de 1802, fué modificada y dependía Maynas y Jaén» «la cédula de 1802, fué modificada y dependía Mayanas y Jaén»
«una cuestión enojosa que había causado» «una cuestión enojosa que había causado» «una cuestión enojosa que habría causado» «una cuestión enojosa que habría causado»
«quedando únicamente resolver» «quedando únicamente resolver» «quedando únicamente pendiente» «quedando únicamente pendiente»
«si debían regir los límites por Chinchipe ó Guancabamba» «si debían regir los límites por Chinchipe y Guancabamba» «si debían regir los límites por Chinchipe y Guancabamba» «si debían regir los límites por Chinchipe y Guancabamba»
(Firmado) Carlos Pedemonte
(Firmado) T. C. de Mosquera
(Firmado) Carlos Pedemonte
(Firmado) T. C. de Mosquera
(Firmado) Carlos Pedemonte
(Firmado) T. C. de Mosquera
(Firmado) Carlos Pedemonte
(Firmado) T. C. de Mosquera
Fuente:[70]

La crítica interna

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Detalle del curso del «río Yavarí» en un mapa de 1796 de la frontera hispano-portuguesa trazada por el tratado de San Ildefonso.

Los textos existentes del protocolo exhiben múltiples errores ortográficos, gramaticales y geográficos; adolecen de repeticiones seguidas y triplicadas de la misma palabra, faltas de gramática y de concordancia.[19]​ La «provincia de Jaén de Bracamoros y Mayanas» es tratada como una sola entidad política, cuando en realidad eran dos provincias diferentes;[74]​ la propia Comandancia General de Maynas es referida erróneamente como «Mayanas».[73]​ La definición de la divisoria entre el Perú y Gran Colombia entre los ríos «Chinchipe y Huancabamba» es tratada como si formaran un lindero continuo en lugar de ser excluyentes entre sí.[71]

En el trazo de la frontera en el río Marañón, el protocolo señala como comienzo a «la boca del [río] Yurati», afluente inexistente en la cuenca del Amazonas.[65]​ El nombre real del curso de agua es «Yavarí» (en portugués, Javari o Javary), conocido así desde su descubrimiento,[19]​ parte de la antigua frontera entre los dominios españoles y portugueses definida por el tratado de San Ildefonso y de la actual frontera entre el Perú y Brasil.[75]

Además, el protocolo refiere que Pedemonte cesó de su defensa de los derechos peruanos en Maynas tras la presentación de una «Guía de Forasteros» española de 1822 que la incluía dentro del Virreinato de Nueva Granada.[74]​ Esto supone la ignorancia del canciller peruano de las guías de forasteros peruanas, según las cuales Maynas estaba incluida como parte de este virreinato.[76]​ En 1821, Pedemonte fue testigo de la expedición enviada desde Trujillo para la independencia de Maynas.[74]​ En 1826, como gobernador de la diócesis de Trujillo, ordenó la incorporación de Maynas a su circunscripción eclesiástica.[76]

Por otro lado, el documento dedica una gran parte de su contenido en presentar a Mosquera como la figura con una habilidad dialéctica y erudición histórica.[1]​ La intervención de Pedemonte es limitada únicamente a su mención de la Real Cédula de 1802 y su aceptación de los argumentos presentados por el representante grancolombiano.[77]​ Esa estructura es ajena a la técnica de un protocolo de fijación de límites.[1]

La vigencia del protocolo

Existen varios desacuerdos sobre la vigencia del protocolo: para la fecha de su supuesta firma (11 de agosto de 1830), la Gran Colombia había dejado ya de existir como una entidad legal; Venezuela y Ecuador (fundado sobre el distrito del sur de la Gran Colombia y fronterizo con el Perú) habían declarado su independencia varios meses antes.[5]​ Mosquera ya no era representante del extinto país, careciendo así de autoridad para firmar convenio alguno en su nombre.[5]​ Además, paralelamente a la ausencia de los documentos originales en las cancillerías de Bogotá y Lima, el protocolo carecería de validez dado que no fue sometido a aprobación ni en el Congreso peruano ni en el grancolombiano.[1][78]

En 1832, durante las conversaciones para el reconocimiento peruano de la independencia de Ecuador, el representante ecuatoriano Diego Noboa argumentó que los pactos con la Gran Colombia «habían caducado» y «no obligaban [a]l Ecuador y al Perú».[71]​ En el tratado firmado consecuentemente se reconocían los «actuales» límites; las interpretaciones de esta expresión son contrapuestas: en la lectura peruana, se confirmaba la caducidad del tratado de Guayaquil; en la lectura ecuatoriana, este instrumento era ratificado.[5]​ En todo caso, el Perú continuó ejerciendo posesión sobre los territorios de Tumbes, Jaén y Maynas.[5]​ El representante granadino José del Carmen Triunfo protestó contra este convenio, aduciendo que contrariaba el tratado de 1829.[17]​ El tratado de 1832 fue el único tratado vigente con mención de los límites entre ambos países hasta el Protocolo de Río de Janeiro en 1942.[17][78]

Notas

  1. El nombre «Gran Colombia» es el término historiográfico utilizado para referirse a la unidad geopolítica extinta con nombre oficial «República de Colombia» (1819–1830), con el fin de distinguirla del actual país con el mismo nombre. El artículo, en general, utiliza los términos «Gran Colombia» como el nombre del desaparecido país y «grancolombiano(a)» como gentilicio.
  2. El Estado de la Nueva Granada (luego República de la Nueva Granada) existió entre 1831 y 1858, luego se llamó Confederación Granadina entre 1858 y 1863; el artículo emplea el gentilicio «granadino» en referencia a ambas entidades geopolíticas en ese periodo de tiempo. El gentilicio «colombiano» es utilizado en los eventos históricos sucedidos después de 1863, cuando este país adoptó el nombre oficial de Estados Unidos de Colombia (luego República de Colombia).

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Bibliografía

Enlaces externos