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Revisión del 17:39 2 may 2009


Parque Regional de la
Cuenca Alta del Manzanares
Categoría UICN V (paisajes terrestres/marinos protegidos)

Mapa de la Cuenca Alta del Manzanares
Situación
País EspañaBandera de España España
División Plantilla:ES-MAD
Coordenadas 40°42′N 3°48′O / 40.7, -3.8
Datos generales
Administración Comunidad de Madrid
Grado de protección Parque regional
Fecha de creación 23 de enero de 1985
Legislación Ley 1/1985 de la CdM
Superficie 52.796 ha
[Cuenca Alta del Manzanares Sitio web oficial]
La Pedriza, en la parte septentrional del Parque Regional.
El Monte de El Pardo se sitúa al sur del Parque.
El Embalse de Santillana se encuentra protegido por la Ley de Protección de Embalses y Zonas Húmedas de la Comunidad de Madrid.

El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, creado en 1985, es el espacio natural protegido de mayor superficie de la Comunidad de Madrid (España) y uno de los de mayor valor ecológico y paisajístico.[1]​ Está situado al noroeste de la región y se extiende alrededor del curso alto del río Manzanares, a lo largo de 52.796 hectáreas, que representan aproximadamente el 6,6% del territorio madrileño. Sus principales municipios de referencia son Manzanares el Real y Hoyo de Manzanares. La Unesco lo declaró Reserva de la Biosfera en 1993.

Se asienta sobre la Sierra de Guadarrama, con la excepción del Monte de El Pardo y su apéndice oriental, el Monte o Soto de Viñuelas, que se encuentran en la llanura detrítica, característica de la Submeseta Sur. Su lugar más destacado es La Pedriza, el conjunto granítico más importante de Europa, que recibe el tratamiento de Reserva Natural Integral, por albergar ecosistemas escasamente modificados.

Su amplio rango altitudinal, que va desde los 2.383 m de las Cabezas de Hierro hasta los 600 m del barrio madrileño de El Goloso, da lugar a la formación de numerosos ecosistemas, entre los que destacan la alta montaña, los encinares, los enebrales, los jarales, los melojares y las zonas húmedas.


El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares fue constituido en 1985 mediante Ley 1/1985, de 23 de enero, que ha sido objeto de sucesivas modificaciones posteriores.[2]​ Las más destacadas corresponden a los años 1987 y 1991, cuando se promovieron sendas ampliaciones.

El Parque cuenta con un Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), aprobado en 1987 y revisado en 1995, que regula los distintos parajes incluidos, excepción hecha del Monte de El Pardo, dependiente de Patrimonio Nacional. Este organismo, que administra los bienes que estuvieron en manos de la Corona Española, mantiene una gestión altamente proteccionista y restrictiva en torno a El Pardo e impide completamente su visita, más allá de ciertas zonas situadas en la parte meridional de la tapia que lo bordea.

El 15 de febrero de 1993, el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares recibió la declaración de Reserva de la Biosfera por parte de la Unesco y, más tarde, el Monte de Viñuelas, que se encuentra al este del Parque, fue reconocido como Zona Especial de Protección para Aves (ZEPA).

Además, los dos grandes embalses integrados dentro del Parque, el de Santillana y el de El Pardo, se encuentran protegidos por la Ley 7/1990, de 28 de junio, de Protección de Embalses y Zonas Húmedas de la Comunidad de Madrid.

La Pedriza contaba, desde 1930, con un nivel de protección especial, mediante la figura de Sitio Natural de Interés Nacional, que fue derogada en 1985 con la creación del actual Parque. En 1979 se constituyó un Parque Natural alrededor del valle alto del río Manzanares, con una superficie de 4.304 hectáreas —en la práctica, se trataba de una tímida ampliación en torno al espacio protegido de La Pedriza—, que puede considerarse como el antecedente más cercano del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

La propiedad del terreno corresponde, en un 65%, a particulares. Un 22% pertenece a la Comunidad de Madrid y un 7% al Estado español. El 6% restante está en manos de los distintos municipios integrados.

Este espacio natural está hermanado con los Parques Nacionales de Sierra de La Culata y de Sierra Nevada, ambos en Venezuela, dentro de un Programa Internacional de colaboración e intercambio.

Geografía urbana

El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares tiene sus límites en el macizo montañoso de la Cuerda Larga, que lo bordea por el norte; en el Monte de El Pardo, que ocupa su parte meridional, prácticamente rodeando el casco urbano de Madrid, hasta el límite con la autovía M-40; y en las autopistas A-6, al oeste, y A-1, al este.

El paraje se asienta sobre dieciocho términos municipales, por los que discurre total o parcialmente. A continuación se relacionan alfabéticamente: Alcobendas, Becerril de la Sierra, Cercedilla, Collado Villalba , Colmenar Viejo, El Boalo, Galapagar, Hoyo de Manzanares, Las Rozas de Madrid, Madrid, Manzanares el Real, Miraflores de la Sierra, Moralzarzal, Navacerrada, San Sebastián de los Reyes, Soto del Real, Torrelodones y Tres Cantos.[3]

De ellos, sólo tres —Hoyo de Manzanares, Manzanares el Real y Tres Cantos (salvo las urbanizaciones Soto de Viñuelas y Nuevo Tres Cantos)— tienen integrados sus núcleos poblacionales totalmente. Otras áreas urbanas también se encuentran incluidas plenamente dentro del Parque, caso de la urbanización Los Peñascales (Torrelodones) y de Las Matas, pedanía de Las Rozas de Madrid.

La presión urbanística y demográfica constituye su principal amenaza, dada su cercanía con el área metropolitana de Madrid. Además, está atravesado por varias carreteras de importancia. La más relevante es la M-607, que lo surca, mediante autovía, desde el barrio madrileño de Fuencarral hasta Tres Cantos y, mediante una vía de una única calzada, desde Colmenar Viejo hasta Cerceda (El Boalo).

Otra carretera de fuerte tránsito es la M-608, entre esta última localidad y Soto del Real, que cruza el Parque transversalmente pasando por Manzanares el Real y bordeando el extremo septentrional del embalse de Santillana. De menor importancia es la carretera M-618, que va desde Torrelodones hasta Colmenar Viejo, a través de Hoyo de Manzanares, en las estribaciones de la Sierra del Hoyo.

A pesar de todo ello, el Parque aún conserva parajes prácticamente inalterados por la acción del hombre.


Vista panorámica de la Sierra del Hoyo de Manzanares, que ocupa la parte central del Parque Regional.
Vista panorámica desde el Parque Regional.

Geografía física

El Parque se articula alrededor del curso alto del Manzanares. En la imagen, el río a su paso por el Monte de El Pardo.
Las Torres de La Pedriza son el punto más alto de este paraje, con más de 2.000 m de altitud.
Canchales graníticos en la finca del Canto del Pico, en Torrelodones, en las estribaciones de la Sierra del Hoyo.
Pinar de montaña (pino silvestre), en una zona recreativa del Valle de la Barranca, en el término de Navacerrada.
Encinar adehesado del Monte de Viñuelas, en el término de Madrid.
Ciervo en el Monte de El Pardo.
Ardilla en un pinar de la Sierra del Hoyo.

Geología e hidrografía

El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares recorre tres unidades principales, desde el punto de vista geomorfológico. Su parte septentrional, que discurre por las elevaciones guadarrameñas, algunas de ellas de más de 2.000 m de altitud, está compuesta fundamentalmente por rocas graníticas y gneises.

En esta zona se encuentra la cabecera del río Manzanares, que configura una especie de cuenco, delimitado por el pico de La Maliciosa (2.227 m), el Alto de Guarramillas o Bola del Mundo (2.265 m) y las Cabezas de Hierro (2.383 m), crestería conocida como la Cuerda Larga.

El Manzanares se comporta como un río de montaña y se abre camino entre berrocales y rocas de forma singular. Los más relevantes se sitúan en La Pedriza, el conjunto granítico más grande de Europa.[4]​ Este paraje tiene una superficie aproximada de 3.200 hectáreas, con una altitud máxima de 2.029 m, en las Torres de La Pedriza, y mínima de 890 m, a los pies del embalse de Santillana. Aquí el Manzanares recibe al río Samburiel, uno de sus principales afluentes, que previamente ha sido retenido en el embalse de Navacerrada.

La parte central del Parque está ocupada por la Sierra del Hoyo de Manzanares o Sierra del Hoyo —la segunda unidad definida—, que separa los valles de los ríos Manzanares y Guadarrama. Se trata de un monte-isla, perteneciente a la sierra guadarrameña, integrado por montañas suaves, con una abundante presencia de bolos graníticos. Su altura máxima, de 1.404 m, se sitúa en el pico de El Estepar.

Al sur de esta sierra, el terreno desciende hasta el Monte de El Pardo, la tercera unidad geomorfológica por la que discurre el Parque, que tiene una extensión aproximada de 16.000 hectáreas (esto es, el 30% de todo el Parque Regional).[5]​ Los materiales graníticos dejan paso a elementos detríticos y arenosos, fruto de la erosión de las sierras de Guadarrama y del Hoyo, que conforman un paisaje ondulado de suaves lomas, con una altitud media de 600 m. El Monte de El Pardo se asienta sobre un suelo inmaduro, fácilmente erosionable. Similares características presenta el Monte de Viñuelas, apéndice oriental de El Pardo.

En la parte meridional del Parque, el río Manzanares ha ampliado notablemente su valle y recoge por la derecha a los arroyos de Manina y de Trofa, que provienen de la Sierra del Hoyo. Además, es retenido en el embalse de El Pardo, de gran interés ecológico.

El arroyo de Viñuelas, que surca el monte del mismo nombre, es otra corriente destacada del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, si bien pertenece a la cuenca del río Jarama, al que tributa.

Flora

La gran extensión del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y, sobre todo, su acusada diferencia altitudinal favorecen la presencia de ecosistemas representativos de cuatro de los cinco pisos bioclimáticos de la región mediterránea de la Península Ibérica, desde el crioromediterráneo hasta el mesomediterráneo.

Por la amplitud de su superficie, sobresale el encinar carpetano, que representa el 62% del Parque. Además, son destacables los quejigales, las fresnedas, los pinares de montaña (tanto de pino silvestre como de pino resinero), los roquedos, los piornales, los pastizales supra-arbóreos y los rebollares, así como los sotos, articulados —estos últimos— alrededor del Manzanares y sus afluentes, con especial mención a los dos embalses principales de este río, el de Santillana y el de El Pardo.

También abundan arbustos y matorrales característicos de la vegetación mediterránea, como la jara pringosa, el romero, el tomillo y el cantueso.

A mediados del siglo XX, el territorio que hoy ocupa el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares fue objeto de diversas repoblaciones forestales, principalmente de coníferas, como el pino negral, el ciprés, el cedro y la arizónica, además de pino piñonero (en los fondos de los valles) y de pino silvestre y pino laricio (en las laderas).

Este espacio natural cuenta con zonas de una gran singularidad botánica. Sus bosques más representativos son el abedular de La Pedriza, el alcornocal de la Sierra del Hoyo, el enebral de Hoyo de Manzanares y el sabinar de Becerril de la Sierra, además de los montes de El Pardo y de Viñuelas, considerados como los encinares adehesados mejor conservados de Europa.

Fauna

En lo que respecta a la fauna, se han clasificado alrededor de 300 especies de vertebrados, algunas de las cuales en peligro de extinción, que se unen a un número, aún sin cuantificar, de invertebrados.

  • Reptiles y anfibios. El Parque reúne el 56,5% de los anfibios que habitan en la Península Ibérica y el 59,5% de los reptiles. Además, presenta un elevado número de endemismos, con un total de doce especies de herpetos. Entre los lugares más valiosos para la preservación de la herpetofauna, sobresale la Cuerda Larga, que constituye una zona de conservación de primer orden para la lagartija serrana, que tiene una distribución muy restringida en el territorio peninsular. Además, el galápago europeo, seriamente amenazado en la Comunidad de Madrid, tiene en el embalse de Santillana uno de sus principales refugios regionales.

Reservas Naturales del Parque

Vista general de La Pedriza, el paraje natural más visitado del parque.
El Valle de la Barranca, uno de los lugares más famosos del Parque Regional, también está catalogado como Zona A1.
Vista de la vertiente sur de las Cabezas de Hierro, la montaña más alta de la Cuerda Larga, área declarada Reserva Natural Educativa o Zona A2.
El Monte de El Pardo queda al margen de las zonas de protección que establece el Parque, al depender de Patrimonio Nacional.

El 44% de la superficie del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares está catalogado como Zona B, figura legal que permite la utilización agropecuaria del terreno. Un 45% está considerado como Zona A o Reserva Natural, categoría que limita el uso de los distintos enclaves a actividades forestales y recreativas. Aquí se engloban las Zonas A1, Reservas Naturales Integrales (el nivel de máxima protección), y las Zonas A2, Reservas Naturales Educativas. En los parajes próximos a las áreas urbanas existe otra figura, las Zonas P, donde está permitida la construcción, dentro de ciertos límites. De esta zonificación queda al margen el Monte de El Pardo, ya que su gestión corresponde a Patrimonio Nacional.

Las Zonas A1 (Reservas Naturales Integrales), que se relacionan a continuación en términos genéricos, representan el 18% del Parque:

  • La Pedriza y su extensión oriental. En este paraje, situado en el término municipal de Manzanares el Real, se sitúa uno de los canchales berroqueños más espectaculares de la Península Ibérica. Aquí se reúnen los ecosistemas de roquedo más importantes del Parque Regional, a los que se añaden los pinares y las zonas húmedas, formadas por el curso del río Manzanares y sus encharcamientos. El lugar, muy frecuentado por los escaladores —que tienen a su disposición alrededor de 1.000 vías de escalada—, integra bloques graníticos de gran tamaño y formas caprichosas.[7]​ Algunos de los más curiosos son el Risco del Yelmo, Las Cuatro Damas, Los Fantasmas y las Piedras Caballeras. En La Pedriza se encuentran enclaves de gran singularidad, bien conocidos por senderistas y excursionistas, caso de la Charca Verde, los Chorros del río Manzanares, la Cueva del Ave María o la roca natural del Puente de los Pollos.
  • Las áreas al norte de la tapia de El Pardo. Se articulan alrededor de los cursos de algunos afluentes del río Manzanares, principalmente los arroyos de Manina y Trofa, del que se nutren numerosas especies animales. Están integradas fundamentalmente por encinares y jarales.

Con respecto a las Zonas A2 (Reservas Naturales Educativas), éstas pueden agruparse en tres grandes áreas:

  • Las laderas de la Cuerda Larga hasta La Pedriza y su extensión oriental. La Cuerda Larga alberga los ecosistemas de alta montaña del Parque Regional. Es una de las principales alineaciones montañosas de la Sierra de Guadarrama,[9]​ con una longitud aproximada de 16 km. En ella se concentran elevaciones de más de 2.200 m, entre las que destaca la cumbre de las Cabezas de Hierro, su pico más alto, con 2.383 m. En su cara sur, se extiende La Pedriza. Sus bajas temperaturas y sus frecuentes ventiscas condicionan las características de la vegetación, formada por matorral (piorno y enebro rastrero), en las laderas, y por pastizales de herbáceas como la festuca y el cervuno, en las cumbres y en los collados. El acentor, la collalba gris, el pardillo y el pechiazul son sus aves más comunes, mientras que la lagartija serrana y el topillo son sus principales pobladores entre los reptiles y los mamíferos, respectivamente.
  • Área oriental del término municipal de Las Rozas en contacto con el Monte de El Pardo. Este paraje, integrado principalmente por monte bajo, con especial abundancia de retamares, ha sido catalogado como Zona A2 en un intento de preservar las áreas colindantes con el Monte de El Pardo de la presión urbanística. La finca de El Águila, en la pedanía rocense de Las Matas, es uno de sus lugares más destacados.

Además de las Zonas A, el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares cuenta con 73 humedales, entre los que sobresale el embalse de Santillana. Se trata de un importante enclave para la invernada de anátidas, fochas y otras aves acuáticas.

Patrimonio artístico

Castillo de los Mendoza, en Manzanares el Real.

Buena parte del territorio que ocupa el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares estuvo, durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, en manos del poderoso señorío del Real de Manzanares, perteneciente a la Casa de Mendoza. Fruto de esta vinculación histórica es el Castillo de los Mendoza, situado a los pies del embalse de Santillana, en el término de Manzanares el Real. Se trata de uno de los castillos mejor conservados de la Comunidad de Madrid. Sus obras dieron comienzo en 1475.[10]

El Monte de El Pardo, por su parte, alberga importantes monumentos, que fueron mandados construir por distintos monarcas, para hacerles más confortable su estancia en este coto, uno de sus cazaderos preferidos. Sobresale el Palacio Real de El Pardo, que se asienta sobre un antiguo pabellón de caza, erigido en 1405 a instancias de Enrique III. El edificio actual se inició en tiempos de Carlos I y ha ido incorporando sucesivas transformaciones a lo largo de los siglos.

En el Monte de Viñuelas se encuentra el castillo del mismo nombre, cuyas primeras referencias se fechan en el año 1285, si bien la construcción actual corresponde al siglo XVIII. Presenta una planta cuadrada, rematada, en sus cuatro esquinas, por sendas torres cilíndricas almenadas.

En Torrelodones, municipio localizado en el límite occidental del Parque, a los pies de la Sierra del Hoyo, se ubica el palacio del Canto del Pico, que presenta ciertos aires modernistas.[11]​ Concebido como casa-museo, el edificio integra en su estructura elementos arquitectónicos procedentes de diferentes monumentos españoles. Se construyó en 1920 y por él han desfilado personalidades como Antonio Maura, Indalecio Prieto, el General Miaja y Francisco Franco. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1930.

Referencias

Véase también

Medio físico

Monumentos

Otros Parques Regionales de la Comunidad de Madrid

Enlaces externos