Ser� la misma final del a�o pasado, la que se ha repetido en nueve de los �ltimos 13 precedentes, la final de Copa por excelencia. Bar�a y Madrid no dejan ni las migajas. El s�bado en Granada result� como un pesaje de boxeo. Ambos se miraron y se desafiaron, aunque los de Jasikevicius pasaron por much�simos m�s apuros en semifinales, enredados en el maravilloso caos del UCAM Murcia. [103-90: Narraci�n y estad�sticas]
El marcador final no refleja el ardor de la batalla, porque el grupo salvaje de Sito Alonso acab� hecho trizas en el desenlace. Pero fueron 35 minutos de tiroteo, de remontadas, intercambios y pasi�n. Si Laprovittola y Mirotic aguantaron el pulso, Calathes y Kuric emergieron para que el Bar�a, el campe�n de tres de las �ltimas cuatro Copas, defienda corona este domingo en Granada.
Jasikevicius quiso elevar la puja, golpear m�s fuerte que un rato antes que el equipo de Pablo Laso ante el Tenerife. Desde el arranque con Laprovittola y la defensa coral que hac�a errar los lanzamientos murcianos, que arruinaba su �mpetu y su ritmo siempre vertiginoso. Es una delicia contemplar las batallas del grupo de Sito Alonso, por intensidad, por su valiente propuesta. Aunque a sus demonios les costara entrar en faena. El acierto demoledor cul� en el otro aro -cuatro triples de carrerilla (seis de ocho en el primer cuarto)-, cerr� el acto con una m�xima (32-16) alarmante.
En ese abismo de ruina en su segunda presencia hist�rica en una Copa, el Murcia opt� por el incendio. Pod�a perfectamente haber claudicado, ah� habr�a quedado su alarde de cuartos contra el Valencia. Pero su respuesta entonces result� maravillosa, honrando al torneo y a su entregada afici�n. Primero Cate en la pintura y despu�s un McFadden de videojuego, que met�a triples en cualquier escorzo, protagonizaron una peque�a gesta. Con el list�n de la agresividad por las nubes, el partido se subi� en la monta�a rusa y el UCAM lleg� a igualar (43-43). S�lo Laprovittola, en respuesta igual de genial, baj� la temperatura. Su duelo al sol con McFadden result� extraordinario.
La energ�a de Webb
La pugna no baj� decibelios, porque el Murcia le hab�a perdido el respeto hac�a tiempo al Bar�a. En el caos encontraba el ox�geno para so�ar con la haza�a. A veces, le pod�a el �mpetu, como a Sadiel Rojas, que hace de los partidos peleas callejeras. La energ�a de Webb era su acicate y al cabo logr� culminar del todo la remontada. Tom�s Bellas se hab�a precipitado al cambio sin que fuera su turno, pero tantas ganas le intuy� Sito Alonso que le concedi� el deseo. El base madrile�o acert� con el triple que puso por primera vez a los murcianos por delante (65-66). Ahora, al que de verdad le temblaban las piernas era al Bar�a, que lleg� a caer de cinco tras un brutal mate de Augusto Lima. Fue Mirotic el que puso algo de orden antes de encarar el acto definitivo. Iba a ser clave para lo de despu�s.
Porque era un pim pam pum que no conven�a al Bar�a, pero en tal barro ya no hab�a vuelta atr�s. Aparecieron Calathes y Kuric para encarrilar una victoria de sudores. Al Murcia se le agotaban los argumentos, la quinta de Jordan Davis, la lesi�n de McFadden. Acud�an de una semana de enredos y pocos entrenamientos con los positivos por covid y de un duelo de infarto contra el Valencia en cuartos.
Hasta ah� lleg� su conmovedora quimera. M�s Murcias en la Copa.
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