Redescubrir a Bona de Mandiargues, una importante surrealista cuya historia nunca se ha reconstruido


Entre las mujeres surrealistas, una figura olvidada es la de Bona de Mandiargues (Roma, 1926 - París, 2000), cuya singular historia nunca antes se había reconstruido. Una exposición en Cerdeña llena este vacío. Hablamos de ella con los comisarios.

Cuando se habla de mujeres surrealistas, se piensa en Leonora Carrington, Meret Oppenheim, Dora Maar, Remedios Varo, pero entre ellas hay otra, Bona de Mandiargues (Roma, 1926 - París, 2000), cuya singular historia nunca antes se había reconstruido. Hace unos días se inauguró en el Museo Nivola de Orani (Nuoro) la primera gran retrospectiva dedicada a esta artista, titulada Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo. Hemos pedido a los comisarios Giuliana Altea, Antonella Camarda, Luca Cheri y Caterina Ghisu que nos cuenten algo más sobre Bona de Mandiargues y su proyecto expositivo. La entrevista es de Ilaria Baratta.

Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo”. Foto: Andrea Mignogna

IB: La exposición del Museo Nivola es la primera gran retrospectiva dedicada a la artista surrealista Bona de Mandiargues, cuya historia nunca se había reconstruido hasta ahora. ¿Qué le dio la idea de esta exposición? ¿Cuánto tiempo les llevó prepararla, incluido el tiempo dedicado a la investigación de archivos?

Comisarios: Entre los protagonistas del Segundo Surrealismo, Bona es uno de los más interesantes y nos pareció correcto tener en cuenta su obra. Así que cuando conocimos a la hija de la artista, Sybille, que conserva la mayoría de sus obras, la idea de dedicarle una exposición fue inmediata. Entre la investigación en los archivos y el reconocimiento bibliográfico, la fase de preparación duró cerca de un año.

¿Ha sido posible reconstruir toda su vida gracias a esta investigación, o aún quedan aspectos oscuros? ¿Cómo definiría la vida de Bona de Mandiargues?

Más que la vida -aventurera y llena de encuentros- de Bona, el proyecto se centra en su investigación, que duró cincuenta años. La exposición pretende ser una introducción al universo creativo de una artista rica y compleja, que pasó por diferentes fases, aportando una contribución original al arte del siglo XX.

Y su arte, ¿pertenece plenamente al surrealismo? ¿Cuál es su rasgo característico? ¿Qué temas trata?

Desde un punto de vista histórico, Bona puede definirse definitivamente como un artista surrealista. Cercana a Breton y a otras figuras destacadas del movimiento, frecuentó los cafés surrealistas, expuso en la galería surrealista L’Étoile Scellée, participó en la exposición surrealista “EROS” de 1959 en la galería Cordier y en la de 1964 en la galería Charpentier, etc. etc. Lo onírico, lo fantástico, lo erótico, la continuidad entre el mundo animal y el mundo humano son los motivos centrales de su pintura. Al mismo tiempo, a lo largo de su carrera, ha demostrado una notable independencia, tanto creativa como de pensamiento, que hace difícil circunscribir su obra a un único campo de investigación.

Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo”. Foto: Andrea Mignogna
Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Reencuadrar el mundo”. Foto: Andrea Mignogna
Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Reencuadrar el mundo”. Foto: Andrea Mignogna
Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Reencuadrar el mundo”. Foto: Andrea Mignogna
Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Reencuadrar el mundo”. Foto: Andrea Mignogna

Bona de Mandiargues es de origen italiano y sobrina y discípula de Filippo de Pisis, pero es en París, donde llega para seguir a su tío, donde conoce a su futuro marido André Pieyre de Mandiargues, escritor, crítico y traductor francés muy cercano a los surrealistas. Es él quien la pone en contacto con los intelectuales y artistas de este movimiento. Aunque se considera surrealista, ¿puede rastrear influencias del arte italiano en su arte?

Ciertamente, su formación italiana en la Academia de Venecia y, sobre todo, su estrecha relación con De Pisis marcaron sus inicios. La lección de De Chirico y la Metafísica, que también resurgió en su periodo de madurez, fue muy importante. Pero también hay fuertes tangencias con otros artistas italianos cercanos a ella, como Burri y Baj, que sin embargo parecen ser el resultado más de una coincidencia de intereses que de una influencia.

¿Cómo se presentan todos estos aspectos en la exposición? ¿Cómo se ha diseñado el recorrido de la exposición?

Al tratarse de una primera retrospectiva, hemos optado por un recorrido cronológico, útil para clarificar la evolución del artista, pero cruzándolo con reflexiones temáticas. Hemos preferido centrarnos en las obras, dejando en un segundo plano la biografía y la propia imagen de Bona, tan fascinantes que habrían corrido el riesgo de distraer de su arte. En otras palabras, queríamos evitar el “efecto Frida Kahlo”, esa mitificación de la figura de la artista que acaba oscureciendo su obra y que tan a menudo entra en juego cuando se habla de mujeres artistas, y surrealistas en particular.

¿Es por tanto la exposición una oportunidad para descubrir otra pieza del surrealismo “femenino”? ¿Existe algún rasgo común entre las artistas del movimiento surrealista?

Mientras que artistas como Leonora Carrington, Remedios Varo, Dora Maar y otras están encontrando recientemente la atención que merecen, esto aún no había sucedido con Bona de Mandiargues. Con ella, la historia del Surrealismo se enriquece con una nueva y significativa presencia. Bona comparte con las demás protagonistas del movimiento diversos aspectos poéticos, pero sobre todo una necesidad de libertad expresiva y personal que puede considerarse el rasgo común de esta constelación de mujeres extraordinarias.

Además de la retrospectiva, el museo reanuda tras una larga pausa el Premio Nivola, con la intención de recompensar a aquellos artistas que con su investigación encarnan de forma contemporánea el espíritu de Costantino Nivola, el escultor de Orani al que está dedicado el museo. Este año el Premio Nivola de escultura ha recaído en el iraní Nairy Baghramian. ¿Qué le acerca a Costantino Nivola?

Son dos artistas profundamente diferentes, unidos sin embargo por una concepción de la escultura que va más allá de la dimensión puramente estética para fijarse en sus implicaciones culturales, políticas y sociales. Al fin y al cabo, el premio no pretende tanto buscar afinidades formales de los artistas con la obra de Nivola como reconocer su capacidad para proponer la escultura como una práctica relevante en la cultura contemporánea, tal y como hizo Nivola en su momento. Desde este punto de vista, Nairy Baghramian, una de las figuras más interesantes de su generación, es una elección ideal.

Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo”. Foto: Andrea Mignogna
Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Reencuadrar el mundo”. Foto: Andrea Mignogna
Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Reencuadrar el mundo”. Foto: Andrea Mignogna
Montaje de la exposición Bona de Mandiargues. Volver a hacer mundo
Montaje de la exposición “Bona de Mandiargues. Reencuadrar el mundo”. Foto: Andrea Mignogna

La Fundación ha anunciado una exposición individual de Nairy Baghramian para el verano de 2024. ¿Puede darnos ya algunas pistas sobre ella?

El trabajo está aún en sus primeras fases, pero la intención es crear un proyecto que no se limite a presentar la obra de Nairy Baghramian, sino que nazca de una reflexión sobre el contexto del museo y el territorio que lo acoge.

Una retrospectiva, un premio y una exposición individual: la oferta no es escasa. ¿Hay algún tipo de público en particular al que quiera dirigirse? ¿Cuáles son las expectativas?

El objetivo del Museo Nivola es, naturalmente, ser lo más inclusivo posible, llegando a diferentes segmentos de público, con la mirada puesta en particular en las generaciones más jóvenes, como lo demuestra también la estrecha colaboración con Contemporanea, el simposio sobre los temas y los problemas del arte actual, organizado en Tortolì.arte de hoy, organizado en Tortolì por la Fondazione di Sardegna y cuya primera jornada coincidió, el 16 de septiembre, con la inauguración de la exposición de Bona de Mandiargues y la entrega del Premio Nivola a Nairy Baghramian.


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