Hipoteca
€$t€ artí¢u₤ø fu€ €$¢ritø pør un ¢apita£i$ta Por lo que, su objetivo no es hacerte reir sino explotarte y hacerte trabajar como mula. Que Dios bendiga Norteamerica el resto que se joda. |
La hipoteca, también conocida cómo pacto con el Diablo, es un impuesto muy justo y equitativo que, incomprensiblemente, todo el mundo odia pero acaba pagando. No es sencillo para estos hipotecados egoístas ceder ante los derechos humanitarios de las constructoras y promotoras cuyos pobres propietarios se mueren de hambre y necesitan sobrevivir ocupando, a veces, sus propias mansiones.
Historia básica de la hipoteca
Muchos autores de dudoso intelecto han ido divulgando sandeces tales como que la hipoteca es una enfermedad derivada del hipo, que la transmiten los hipopótamos o que, en última instancia, hace referencia a una señora griega llamada Hipós Teká que inventó su propia hipoteca para irse de vacaciones a la guerra de Troya con Brad Pitt (dicen también que esta tal Hipós Teka fue la inventora del yogurt griego de Danone y que su tataranieta es la vieja del joroña que joroña del anuncio). Nada más falso y alejado de la realidad real. Hipoteca es un vocablo de clarísima raigambre latina que aún hoy es utilizado incluso por las bandas latinas de colombianos y ecuatorianos, además de por académicos de la RAE y de la Innombrable.
La hipoteca recibe su nombre de su inventor, Claudius Deficitarius Hipotecus, cortesano, albañil, amante y bufón del emperador romano Calígula. Nacido en un banco de Roma al ser empeñado por sus padres como aval de un crédito de 400 sextercios, Hipotecus pasó su infancia pagándose a si mismo con el fruto de su cuerpo. Durante su madurez logró entrar al servicio de las mayores constructoras inmobiliarias del imperio, pero su mayor éxito fue hipotecar al mismísimo Calígula con un interés fijo del 53% TAE.
A cambio de institucionalizar las hipotecas, especular con la plata de Britania y edificarse un palacio en la zona más cara de Pompeya, Hipotecus tuvo que financiar los gastos del emperador para organizar una urbanización de alto standing cuyo proyecto incluía el incendio total de Roma.
La trágica muerte de Hipotecus en el año 44 d.C, aplastado por una excavadora cuando quería hacerse una piscina en su finca pompeyana, paralizó temporalmente el proyecto incendiario, aunque el emperador Nerón lo retomó a los pocos años con resultados bastante apreciables (los romanos chamuscados no pensaron exactamente lo mismo).
Las hipotecas, sin embargo, quedaron vinculadas a la historia definitivamente. Reaprovechadas durante la Edad Media en forma de pagos feudales, derecho de pernada y descuentos por tu cara bonita y el menú medieval del McDonald’s, la conquista de América las introdujo con fuerza entre los indios. Como los indios fueron obligados a hipotecarse con intereses bastante altos, su cabreo ha llegado hasta nuestros días con indios que todavía hacen el indio al estilo de revolucionarios bolivarianos, comas andantes e indios cocaleros con jersey. Algunas hipotecas indígenas, además de pagarse en pesos o bolívares, se consagran al cacique local o a Shakira (aunque Paulina Rubio gana bastantes adeptos a medida que pasan los años).
En 1789 el déficit hipotecario de Francia motivó que los franceses hicieran cortarle el cuello a la pobre María Antonieta y, de paso, se dedicaran a hacer revoluciones para entretenerse. Pero como la hipoteca deseaba ampliar horizontes incluso decidieron conquistar el mundo con Napoleón como aval. La experiencia todavía les dura, o sea que fíjense si caló hondo. Igualmente, en el XIX aparecen las hipotecas marxistas (o sea de los Hermanos Marx), las hipotecas coloniales, la hipoteca de las pesadas de las feministas, la de la Asociación de Admiradores de la Reina Victoria de Inglaterra y la del grupo Prisa a finales ya del siglo XX, juntamente con la del Señor de los Chupetes.
Llegamos ya al siglo XXI, cuando surge la hipoteca naranja, la hipoteca ING Direct, la de Broker’s Finance, la de agrupación de préstamos en uno, la hipoteca José Montilla o la del tío Gilito.
Cálculo económico para principiantes
Desengañémonos. Si vivir es un martirio, pagar (si es que se puede) una hipoteca resulta una resurrección interior. Muchos cardenales han propuesto al Papa recientemente que se incluyan las hipotecas pagadas como elemento a tener en cuenta en los procesos de canonización. Asimismo, los maestros zen recomiendan encarecidamente conservar la calma, pagar hasta con el alma interior y sobre todo no gastar más que lo necesario en moneda para chicles. Es recomendable no pagar una hipoteca a plazos de 50 a 150 años, aunque si se prefiere la opción de los 1500 años puede salir algo más barato, a razón de un pequeño donativo por año que acabaran por concluir la vigésimo quinta generación de tu familia. En España, por ejemplo, pagar una hipoteca requiere más o menos una media de 600 años (la terminan, con suerte, tus tataranietos en quinto grado, si es que los tienes y si no les han embargado el piso por morosos), aunque hay ofertas más jugosas en países como Cuba (donde las hipotecas, simplemente, no existen) o en Sealand (no hay terreno para hipotecar).
Método básico para el pago
Calculando tu sueldo medio sin incluir gastos tales como el alquiler de películas sadomasoquistas, cafés de máquina, zapatillas de charol y corbatas de seda como la de David Beckam, es posible –de veras- pagar una hipoteca. Claro que se da por supuesto el hecho de no comer. Es un requisito imprescindible, muy dietético y que te permite ahorrar cantidad en grasas y colesterol. El tema de beber –si es agua de una fuente pública- aún se podría considerar, aunque –en principio- es mejor moderarse y consumir solamente vino barato y una aceituna en gaseosa. La hipoteca ya te lo dice: porque yo lo valgo.
Cálculo económico para expertos
Tomando como referencia el impuesto de matriculación, el IVA, los índices del BCE, la reserva federal de EEUU o el DAX alemán, en momentos de inflación es mejor la hipoteca de 3% a renta fija –calculando, eso sí- a unos 40 años de promedio para la cancelación.
El recibir un ingreso extra en forma de premio, explotación sexual o atraco a mano armada, debe incluirse como factor añadido sin cotización al Estado, a restar por un saldo variable en el índice bursátil de Wall Street. Si se opta por acudir al paraíso fiscal de turno es mejor decantarse por Suiza, San Marino, Liechtenstein o Tuvalu Ulterior. No hay que arriesgarse a futuras subidas del tipo de desinterés, el dólar y el lero mantienen una considerable robustez cuando el petróleo sube y baja hasta marearte, por lo que es preferible no olvidar el valor financiero de la piastra india o el paanga de Tonga. Al fijar las condiciones finales de una hipoteca hay que hacer constar por escrito –y sin faltas de ortografía- los puntos cruciales: duración interés, prestaciones y contrato basura a tiempo parcial. ¡Ah! ¡y no hay que olvidar las cláusulas! Cuidado con los avales, porque algunos bancos y cajas de ahorro incluyen –si está buena- tu mujer como aval. Si te vence el plazo de pago y no has saldado tu hipoteca pueden llevársela a hacer de cajera en la oficina central y puede que no la vuelvas a ver nunca más. Vigilar no sobra, que conste.
Mitos acerca de la hipoteca
Se han creado leyendas urbanas realmente patéticas sobre las hipotecas en los últimos años. Una verdaderamente surrealista es la que afirma que si te hipotecas en día 13 te mueres justo un día antes de acabar de pagarla. Otra que dice que los okupas no pagan hipoteca porque se la pagan sus padres millonarios también es bastante ilógica. Si los padres fuesen millonarios se trasladarían a hacer de okupas con sus hijos, ¿no? Además, la leyenda que se ha aceptado comúnmente es la que afirma que si sobornas al promotor inmobiliario con algo de droga o un vídeo porno puedes lograr una rebaja del 50% en el precio final, pero para que te haga ese descuento es preferible que tú mismo protagonices la cinta porno o bien le chantajees con denunciarlo a la oficina de Pulcritud de Promotores Inmobiliarios, donde seguro que le darán su justo merecido.
El triunfo hipotecario
Quien logra acabar una hipoteca es generosamente recompensado en el Más Allá, donde su sueño de tumbarse al sol en una playa caribeña sin tener que pensar en el próximo plazo o los tipos de interés se materializa sin problemas de ningún tipo. El gran momento ha llegado, ¡por fin!
Esa sensación se completa con dos o tres yates de superlujo llenos de caribeñas ligeritas de ropa o caribeños en tanga (que hay gustos) y una copa de ron Bacardí con puros habanos de guarnición. Todo lo demás son miserias, en comparación con este idílico paraíso terrenal... ¿qué más se puede pedir?
¿Sabías qué...?
- ... ¿los antiguos egipcios hipotecaban sus vidas al servicio del faraón?
- ... ¿una hipoteca decente no existe?
- ... ¿la hipoteca es como el matrimonio normal, o sea para toda la vida?
- ... ¿Einstein formuló en 1924 la Teoría Universal de la Hipotequidad, decidiendo no pagar la suya?
- ... ¿en 1523 se firmó una hipoteca a cambio de un mendrugo de pan en Rusia?
- ... ¿porcentualmente, el país con las hipotecas más terribles es España, y precisamente a los masoquistas de los españoles les encanta hincharse a pagar hipotecas?
- ... ¿es mejor exiliarte a Sealand para no pagar la hipoteca?
- ... ¿los índices de suicidio en España se relacionan directamente con el impago hipotecario?
- ... ¿en México hasta se ha llegado a hipotecar la deuda pública y el déficit presupuestario?
- ... ¿tener el futuro hipotecado es extremadamente excitante?
- ... ¿la hipoteca mulata es un oscuro y ardiente objeto de deseo en Santo Domingo y Puerto Rico?
- ... ¿un presidente de EEUU, Marilyn Manson, hipotecó por diez días la Casa Blanca?
- ... ¿Cuphead aprueba este articulo?